Tegucigalpa – En medio de un ambiente de expectación política, Honduras se encuentra a horas de una decisión que podría marcar el rumbo de las elecciones primarias de 2025.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) revelará este viernes 8 de noviembre si implementará el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y, más importante aún, qué empresa será la responsable de este crucial proceso.
La decisión se ha reducido a una disyuntiva entre dos empresas con perfiles contrastantes: Smartmatic International Holding B.V., con raíces estadounidenses y capital venezolano, que oferta el servicio por 13.34 millones de dólares, y el Grupo ASD-S.AS de Colombia, que propone implementarlo por 17.66 millones.
La escasa participación de oferentes -solo estas dos empresas permanecen en competencia tras la retirada de Comunicaciones Globales S de R.L de Honduras- ha intensificado el escrutinio público sobre el proceso.
El dilema que enfrenta el CNE no es menor: por un lado, Smartmatic ofrece una amplia experiencia internacional, incluyendo operaciones en Estados Unidos y una presencia previa en Honduras, aunque arrastra señalamientos que cuestionan su reputación.
Por otro, Grupo ASD aporta cuatro décadas de experiencia en soluciones tecnológicas electorales, pero su trabajo se ha limitado principalmente a Colombia, careciendo de proyección internacional.
Implicaciones políticas y expectativas
La implementación del TREP trasciende lo meramente técnico para convertirse en un pilar fundamental de la credibilidad electoral en un país donde la desconfianza en los procesos electorales ha sido una constante.
Este sistema, al permitir la transmisión inmediata y pública de resultados desde las mesas de votación, se presenta como un antídoto contra la manipulación electoral y un garante de transparencia.
La decisión del CNE llega en un momento crítico para la democracia hondureña, especialmente considerando que las elecciones primarias de marzo 2025 servirán como termómetro para medir la capacidad institucional de garantizar procesos electorales transparentes.
La presencia de observadores internacionales y organismos de derechos humanos, facilitada por el TREP, añadirá una capa adicional de escrutinio y legitimidad al proceso.
Perspectivas y desafíos
El resultado de esta decisión podría tener profundas implicaciones para la estabilidad política del país. Un TREP eficiente no solo facilitaría la transmisión ágil de resultados, sino que también podría ayudar a prevenir crisis post-electorales al proporcionar datos preliminares confiables que reduzcan el espacio para especulaciones y disputas.
La elección de la empresa proveedora del TREP se convierte así en una prueba de fuego para el CNE, que deberá equilibrar consideraciones técnicas, económicas y reputacionales en su decisión.
El éxito o fracaso de esta elección podría definir no solo la credibilidad de las próximas elecciones primarias, sino también el futuro de la transparencia electoral en Honduras.