Nueva York – La sesión de contrainterrogatorio a Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, se convirtió en un punto clave en el juicio por narcotráfico contra el exgobernante Juan Orlando Hernández, celebrado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
El abogado Raymond Colon, representando la defensa de Hernández, abordó meticulosamente a Lobo, cuestionando su colaboración tardía y retención de información sobre la participación de su padre en actividades relacionadas con el narcotráfico.
Lobo admitió haber revelado gradualmente información en múltiples sesiones, mientras estaba detenido en la prisión de Coleman, Florida, y subrayó que minimizó su implicación para reducir su condena.
Uno de los momentos más intensos fue cuando se discutió el apoyo de Lobo a las campañas presidenciales de Hernández y Miguel Pastor del Partido Nacional. Se indagó sobre un encuentro con «mexicanos» en la oficina del exministro de Seguridad, Julián Pacheco Tinoco, donde se trató el tema de las drogas.
Lobo negó que Hernández hubiera hablado con su padre sobre el asunto, aunque admitió haber sugerido que los mexicanos discutieran sobre minería.
La defensa también interrogó a Lobo sobre la negativa de su padre a extraditar hondureños a los Estados Unidos. Lobo defendió a Hernández al recordar la extradición de los hermanos Valle Valle, socios del expresidente.
Sin embargo, negó tener documentación de sobornos a Hernández y tampoco grabaciones de audio con él.
La Fiscalía, por su parte, mostró mensajes de texto que mencionaban a «con JO» (Juan Orlando), y Lobo confirmó haber sobornado a Hernández en 2013. A pesar de esto, Hernández nunca lo arrestó ni lo extraditó.
El contrainterrogatorio de Lobo, caracterizado por momentos de tensión y revelaciones impactantes, reflejó la complejidad y la intensidad del juicio contra Juan Orlando Hernández, donde las acusaciones y las defensas se entrelazan en un escenario legal de alta relevancia nacional e internacional.