Tegucigalpa – El incumplimiento de la meta de recaudación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 16 mil millones de lempiras, anunciado por Christian Duarte, titular del Servicio de Administración de Renta (SAR), ha generado preocupación entre los economistas.
Martín Barahona, un respetado economista, ha interpretado este déficit como un claro indicativo de la disminución en el poder adquisitivo y la falta de dinamismo en los negocios y la inversión en Honduras.
Según Barahona, el ISR, que es el principal impuesto directo del país, depende en gran medida del nivel de actividad económica y de las inversiones, las cuales están operando por debajo de su capacidad.
Además, destacó que las exoneraciones fiscales continúan erosionando la base tributaria, mientras que los impuestos sobre ventas y combustibles constituyen el 75% de la recaudación total, evidenciando una estructura fiscal desequilibrada.
El experto también señaló que la baja actividad económica y la escasa generación de empleo están reduciendo el número de contribuyentes, tanto empresarios como trabajadores, lo que directamente impacta la recaudación del ISR.
Esta situación, a su juicio, debería motivar al Estado a implementar medidas que incentiven la economía, como acelerar la inversión pública y mejorar el ambiente para hacer negocios.
La situación económica se complica aún más debido a problemas con la moneda nacional, afectada por un desequilibrio entre la oferta y la demanda de divisas.
Barahona advirtió que el tipo de cambio enfrenta presiones debido a que la demanda de dólares está superando la oferta disponible, poniendo en riesgo la estabilidad económica del país.
Este análisis ofrece una visión crítica de los retos fiscales y económicos que enfrenta Honduras, resaltando la necesidad de una reforma fiscal y medidas económicas efectivas para revitalizar la economía y asegurar una recaudación tributaria adecuada.