Tegucigalpa – El miércoles, dos migrantes, uno hondureño y otro salvadoreño, perdieron trágicamente la vida cuando intentaron subirse a un tren en movimiento en el estado de Coahuila, ubicado en la frontera entre México y Estados Unidos. La Secretaría de Seguridad Pública del estado mexicano informó sobre este lamentable suceso.
El migrante hondureño fue identificado como Tito Dale «N», de 23 años, mientras que la otra víctima, de origen salvadoreño, fue identificada por las autoridades mexicanas como Raúl Alfredo «N», de 22 años. En cuanto al lugar de origen de Tito Dale en Honduras, aún no se ha determinado.
Según informaciones proporcionadas por el diario La Jornada de México, estos dos migrantes centroamericanos intentaron abordar el tren en las cercanías del sector Hermanas, en el municipio de Escobedo, Coahuila. Trágicamente, en su intento por subirse al tren en movimiento, cayeron a las vías y fueron arrollados.
Según la versión ofrecida por la Secretaría de Seguridad, tanto el migrante hondureño como el salvadoreño habían permanecido en el municipio de Frontera durante más de 12 horas antes de emprender una caminata extenuante de 45 kilómetros hasta llegar a Hermanas. Allí, buscaban abordar un tren de carga que los llevaría hasta Piedras Negras, un punto fronterizo con Eagle Pass, Texas, Estados Unidos.
Eagle Pass se encuentra en un estado de emergencia debido a la llegada masiva de migrantes que cruzan el peligroso río Bravo en busca de un futuro mejor. Una vez que cruzan este río, los migrantes se enfrentan a una barrera de alambre de púas erigida por las autoridades de Texas, diseñada para disuadir el flujo migratorio.
Sin embargo, algunos migrantes logran superar esta barrera gracias a la ayuda mutua y, en ocasiones, con la colaboración de guardias fronterizos que cortan el alambre de púas para permitirles el paso. Este fenómeno se ejemplifica en el caso de María Argentina, una hondureña de 32 años que logró cruzar el río Bravo y la barrera de alambre de púas a pesar de no tener sus piernas. María recibió asistencia de otros migrantes y guardias fronterizos para superar esta barrera y llegar finalmente a Eagle Pass en compañía de su hija de dos años y su hermano.
En la actualidad, María y su familia aguardan la posibilidad de obtener un permiso de Estados Unidos que les permita permanecer en el país y trabajar, ya que no desean regresar a Honduras debido a problemas de seguridad en su país de origen. Este triste incidente en Coahuila resalta los desafíos y peligros que enfrentan los migrantes en su búsqueda de un futuro mejor y el papel crítico de la cooperación internacional en la gestión de la migración.
