Tegucigalpa. – La reciente revelación de que Honduras carece de radares activos para vigilar su espacio aéreo, incluso en el aeropuerto internacional de Palmerola, ha desnudado una grave fragilidad institucional que pone en riesgo al país, según el analista en derecho internacional, Graco Pérez.
– Pérez advirtió que esta carencia no solo afecta la lucha antidrogas, sino que compromete la seguridad aérea y la soberanía nacional.
La polémica surgió tras las declaraciones de la fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, quien reveló que el espacio aéreo de Honduras es utilizado por el narcotráfico.
Posteriormente, se conoció que los equipos de radar necesarios para combatir esta amenaza no están funcionando, una información que, según Pérez, cambia por completo la percepción de la seguridad nacional.
“Esto no lo sabíamos y ahora salen hasta las Fuerzas Armadas a confirmarlo. El gobierno de la República debería tomar medidas, porque no solo es un tema de lucha contra el narcotráfico, ahora también es seguridad aérea y seguridad nacional”, señaló Pérez con preocupación.
El analista advirtió que esta situación deja al descubierto una debilidad que compromete tanto la soberanía del país como la seguridad de los miles de pasajeros que transitan a diario por el principal aeropuerto de Honduras.
Mensajes contradictorios y consecuencias migratorias
Pérez también criticó la disonancia entre la cruda realidad que revelan estas carencias y el mensaje optimista que el gobierno hondureño proyecta al exterior.
“Cuando hemos tenido visitas desde Estados Unidos, se dice oficialmente que el país está mejorando. Recientemente, el vicecanciller aseguró que un millón de hondureños salieron de la pobreza”, recordó el experto.
Este tipo de discurso, agregó, puede tener consecuencias directas y negativas en temas cruciales como la política migratoria de Estados Unidos hacia Honduras.
“Bajo ese concepto, Estados Unidos también puede decir: ‘entonces no necesitan un TPS’. Pero la realidad es que más de 50 mil compatriotas y sus familias ahora se ven seriamente afectados, y Honduras no tiene condiciones para recibirlos”, argumentó Pérez, conectando la narrativa interna con la crisis que enfrentan los «tepesianos».
De cara a las próximas elecciones generales, el analista insistió en que los hondureños deben elegir líderes comprometidos con el bienestar de la mayoría y con la capacidad de atraer inversión para mejorar las condiciones de vida.
«También se necesita mejorar la relación con Estados Unidos y buscar mecanismos para que quienes aún tengan oportunidad de regularizar su situación en ese país puedan hacerlo”, concluyó.




