Tegucigalpa – En un giro dramático que evidencia la crisis habitacional en la capital hondureña, más de diez familias han regresado a la denominada «zona cero» de la colonia Guillén en Tegucigalpa, área devastada por un catastrófico deslizamiento en septiembre de 2022.
«Todo está caro y no nos ajusta para alquilar y comer», explicó una de las residentes que decidió regresar este sábado, reconociendo que habitan en una zona declarada como no retornable, pero justificando su decisión ante la difícil situación económica que enfrentan.
La controversia se ha intensificado debido al plan de la Alcaldía Municipal para demoler las viviendas en riesgo, propuesta que ha encontrado una férrea oposición por parte de los propietarios.
«Mis dos viviendas siguen de pie. Si yo mirara que están rajadas o fisurándose, no lo pensaría dos veces para salirme», argumentó una de las habitantes, quien además solicita medidas de mitigación alternativas que no impliquen la destrucción de las casas.
La desconfianza hacia las autoridades municipales se ha incrementado después de que, según testimonios de los residentes, promesas previas de apoyo para el pago de alquileres temporales no se materializaron. Esta situación ha minado la credibilidad de nuevas ofertas similares presentadas por la alcaldía.
El retorno de estas familias a la zona de riesgo pone de manifiesto la compleja realidad que enfrentan muchos capitalinos, donde la necesidad de vivienda y las limitaciones económicas los obligan a tomar decisiones que podrían poner en peligro sus vidas, a pesar de las advertencias oficiales sobre los riesgos geológicos en el área.