Helsinki sostuvo que la inteligencia rusa obliga a esas personas a cooperar con ellos y denunció que el Kremlin fomenta el flujo de refugiados con el objetivo de desestabilizar al país nórdico.
Por Infobae
El Servicio de Seguridad e Inteligencia de Finlandia (SUPO) acusó este martes a las autoridades rusas de tratar de reclutar como espías a algunos de los solicitantes de asilo que se han dirigido en los últimos meses a la frontera finlandesa, y que han motivado que Helsinki cierre los cruces fronterizos con Rusia.
Según detalló el SUPO, esta es una práctica común de la Inteligencia rusa, que obliga a determinadas personas a cooperar con ellos, si bien desde los servicios finlandeses han destacado que no se trata de un fenómeno a gran escala.
“Se puede persuadir a una persona para que coopere de varias maneras, por ejemplo, ejerciendo presión o vinculando las solicitudes de cooperación con las condiciones para abandonar el país o prometiendo beneficios financieros”, explicaron desde el Servicio de Inteligencia finlandés.
Los puestos fronterizos entre Rusia y Finlandia han sido escenario de llegadas masivas de solicitantes de asilo desde el pasado mes de agosto. Según Helsinki, más de 1.300 personas han tratado de ingresar en territorio finlandés.
El Gobierno de Finlandia ordenó el cierre de los cruces fronterizos para tratar de hacer frente a esta llegada masiva de migrantes de la que acusan directamente a Rusia como un intento por desestabilizar la situación en el país.
En noviembre pasado la Guardia de Fronteras de Finlandia alertó del inusual aumento del flujo de refugiados procedentes de Rusia, lo que llevó a las autoridades a cerrar de forma paulatina sus ocho puestos fronterizos.
Pese a ello, solo en noviembre llegaron desde Rusia más de 900 solicitantes de asilo de terceros países, una cifra treinta veces mayor a la habitual, según las autoridades migratorias.
La semana pasada el Ejecutivo anunció que extenderá el cierre total de su frontera oriental con Rusia al tráfico de personas hasta el 11 de febrero para evitar que el Kremlin vuelva a alentar la llegada masiva de refugiados.
“Es necesario continuar con el cierre fronterizo porque la amenaza de la influencia híbrida rusa persiste. En las zonas próximas a la frontera todavía hay inmigrantes esperando a que se abra”, dijo en rueda de prensa la ministra finlandesa de Interior, Mari Rantanen.
Rantanen afirmó que la seguridad nacional es un asunto crítico para Finlandia y tiene prioridad sobre cualquier otra cuestión.
“Sabemos que la situación es difícil para los rusos y los ciudadanos con doble nacionalidad que viven en Finlandia, pero la actitud de Rusia no nos deja otras opciones”, dijo.
Finlandia aprobó en 2022 una reforma legal que permite el cierre total de la frontera de forma temporal si el gobierno lo considera necesario para prevenir “una amenaza grave contra el orden público, la seguridad nacional o la salud pública”.
Esta reforma, cuyo objetivo es combatir las “actividades de influencia híbrida” por parte de Moscú, hizo posible además el levantamiento de vallas en los puntos más vulnerables de la frontera, que se encuentran actualmente en construcción en la franja sur.
El Gobierno finlandés decretó el 28 de noviembre el cierre total de la frontera durante dos semanas para tratar de frenar este fenómeno, considerado por Helsinki un “ataque híbrido” de Moscú tras el ingreso del país nórdico en la OTAN.
Finlandia reabrió parcialmente la frontera el 14 de diciembre, pero la volvió a cerrar a cal y canto ese mismo día tras registrar la llegada de 62 refugiados en pocas horas.
Con información de Europa Press y EFE