Tegucigalpa – El «Protocolo Binacional para la Protección y Atención de Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes no Acompañados entre Guatemala y Honduras» se presentó en un significativo evento en Guatemala, marcando un hito en la cooperación entre estos dos países vecinos.
El vicecanciller de Honduras, Antonio García, y su homólogo guatemalteco, Giovanni Castillo, se unieron para dar vida a este protocolo. A través de este acuerdo, ambas naciones reconocen su compromiso con la protección y atención de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, en consonancia con los estándares internacionales de protección.
El Protocolo Binacional establece un marco sólido para la cooperación entre las instituciones de Guatemala y Honduras, con el propósito de garantizar la protección y atención adecuada de los menores en movimiento entre ambos países. Define claramente los pasos a seguir y los estándares a aplicar, con un enfoque en la seguridad y el bienestar de los menores.
Una de las características destacadas del protocolo es su enfoque en la implementación y el monitoreo. Esto garantiza que las medidas sean efectivas y que se ajusten a las necesidades cambiantes de los menores migrantes no acompañados. Además, se subraya la importancia del respeto a las garantías fundamentales, incluso durante los procesos de repatriación.
La firma de esta declaración conjunta representa un compromiso conjunto para velar por la protección de los connacionales en el extranjero, en particular, la población migrante y vulnerable. Este protocolo es especialmente significativo en el contexto actual, dado el aumento de niñas y niños que abandonan sus hogares y la vulnerabilidad que enfrentan en Guatemala.
Wilmer Vásquez, coordinador de la Red Coiproden, expresó su satisfacción por la firma de este protocolo. Destacó que su creación fue un proceso de cinco años y que este acuerdo proporcionará una herramienta valiosa para el trabajo de los funcionarios de ambos países. El monitoreo de su implementación será clave para garantizar que se cumplan los objetivos de protección y atención de los menores migrantes no acompañados.
La implementación de este protocolo se llevará a cabo en los puntos fronterizos, donde los menores pueden enfrentar una mayor vulnerabilidad. Estos lugares servirán como indicadores para evaluar la funcionalidad y la eficacia del protocolo.
Además, se realizarán procesos de socialización en ambos países para involucrar a los funcionarios responsables de su ejecución. Este protocolo representa un paso importante en la protección de los derechos de la niñez y la atención adecuada de los menores migrantes en la región.