Tegucigalpa – El Fiscal General de Honduras, Johel Zelaya, respondió este viernes a las duras críticas lanzadas por el general retirado Romeo Vásquez Velásquez, relativizando las acusaciones y sugiriendo que existen investigaciones en curso que podrían comprometer seriamente al exjefe de las Fuerzas Armadas que se encuentra prófugo de la justicia.
«Siempre atacan a los fiscales que obedecen a los gobiernos de turno, eso es normal», manifestó Zelaya, defendiendo su gestión al frente del Ministerio Público. «Sin embargo, en la vida he tratado de caminar el camino correcto.
No soy perfecto, la perfección sólo la tiene Dios y he tratado de hacer lo mejor en mi vida pensando en mi familia, en mis padres, en mis buenos amigos y por lo tanto no me considero un funcionario de doble moral», añadió.
Ante la calificación de «fiscal de juguete» que le dirigió Vásquez Velásquez en un video difundido en redes sociales, Zelaya respondió con una frase cargada de ironía: «No ha de ser fácil estar prófugo, nunca quisiera estar en el momento que él pasa», señalando indirectamente la situación legal del militar retirado.
Aunque inicialmente intentó evadir referirse directamente al caso de Vásquez Velásquez, Zelaya lanzó un misterioso mensaje que sugiere la existencia de información comprometedora. «Debería explicarle al pueblo hondureño qué fue lo que pasó el 24 de noviembre de 2013 en una casa del norte de este país», manifestó el fiscal, añadiendo que «hay que decirle las verdades al pueblo, porque cuando defendemos este tipo de personajes también nos convertimos en aplaudir la doble moral».
El Fiscal General advirtió que quienes defienden a «muchos personajes en este país» podrían quedar avergonzados en el futuro, «no porque el fiscal lo quiere es por el tipo de acciones que vamos a presentar, es por el tipo de información que tiene el Ministerio Público y que va a aportar en algún momento en algún tribunal de este país».
Sin embargo, cuando se le solicitó ampliar la información sobre los supuestos hechos ocurridos hace 12 años, Zelaya se amparó en su deber de confidencialidad: «Como Fiscal General no puedo revelar las investigaciones al menos que haya en los juzgados expedientes o requerimientos presentados».
Este intercambio de acusaciones entre el Fiscal General y el exjefe de las Fuerzas Armadas se produce en un contexto de alta tensión política en Honduras, mientras el país avanza hacia las elecciones generales previstas para noviembre de 2025, y refleja la polarización existente en torno al sistema de justicia y su independencia frente al poder político.