Tegucigalpa – Honduras se enfrenta a una situación crítica a raíz de las recientes lluvias que han afectado a más de 42 mil personas en diversas regiones del país.
Aunque las precipitaciones han impulsado un aumento en el caudal de la represa La Concepción, llegando al 72% de su capacidad, aún se anticipa que este incremento no será suficiente para garantizar un suministro adecuado durante la próxima temporada seca.
Según las declaraciones de Arturo Trochez, gerente de la Unidad Municipal de agua potable y saneamiento (Umaps), la represa de Los Laureles ha alcanzado su capacidad máxima del 100%, pero esto no se traduce en una mejora significativa en el suministro, ya que el servicio sigue limitado a una vez cada tres días.
La magnitud de las lluvias ha dejado a su paso una estela de devastación, con cuatro personas fallecidas, dos desaparecidas y miles de afectados, como revelan los informes recientes del Cuerpo de Bomberos y la Asociación de Municipios de Honduras (Amhon).
En respuesta a esta emergencia, numerosas familias han sido desplazadas a albergues temporales, mientras que otras se han refugiado en hogares de familiares y amigos en un intento por sobrellevar la difícil situación.
Además, se ha reportado la interrupción de las actividades educativas, ya que al menos 15 centros escolares han sufrido los estragos de los deslizamientos de tierra y rocas, así como 65 tramos de carreteras que han sido afectados por el clima adverso.
A pesar de los esfuerzos continuos de las autoridades y los organismos de socorro para brindar asistencia, la magnitud de la devastación subraya la necesidad urgente de una acción concertada y recursos adicionales para mitigar los efectos de esta crisis climática en la región.