Por: Juan Carlos Rodas Del Castillo
No es novedad que el ser humano sea proclive a buscar nuevos rumbos, generalmente lo hace buscando mejor bienestar para él y su familia, lo hace porque su país no le brinda los medios suficientes y adecuados para el satisfacer sus expectativas. Las necesidades principales por las que se suelen emigrar son las laborales, económicas y de realización personal, también emigran por escapar de sus gobiernos, porque sienten que no pueden opinar libremente, que sus libertades están siendo limitadas o que no les brindan los medios suficientes para tener una correcta formación escolar y académica que le conduzca a una buena inserción laboral y permita vivir adecuadamente sin sobresaltos.
A hoy, el tránsito de migrantes es un fenómeno repetitivo y acentuado que sufren países latinoamericanos y otros en el mundo. Se aprecia a diario oleadas de migrantes en los cinco continentes, todos ellos escapando de situaciones similares y de países más o menos similares en sus políticas de gobierno. En este cambiar de destinos, también hay bolivianos que se ven obligados a mirar más allá de sus fronteras, pue nuestro país anda sumido en el subdesarrollo casi ya 200 años, siendo la pobreza, la escasez de fuentes de empleo y la escasa esperanza en futuro prometedor el común denominador para tomar esa decisión.
Nuestro aparato productivo, industrial y tecnológico es muy reducido e insipiente, aparte de ello, nuestros gobiernos se dan a la tarea de atosigar el aparato productivo privado a nombre repartir más igualitariamente los pocos ingresos que se tiene, indirectamente impulsa la reducción de la inversión y el aparato productivo privado, con ello reduce también las fuentes de empleo estables. El fruto de las políticas de los últimos años es el empleo precario, subempleos y desempleo, convirtiéndose estos en motores de la fuga de cerebros, hay demasiada falta de oportunidades laborales acordes al nivel de estudios, son bajos los salarios pese a buenos niveles académicos que puedan haber logrado muchos profesionales.
La fuga de cerebros no es algo nuevo, ya en los años 50s, 60s hasta nuestros días es recurrente, lamentablemente en el país los ciclos de estabilidad social, política y económica son cortos, y siempre está rondando el fantasma del futuro incierto para la juventud en las familias; muchos estudiantes desde jóvenes sueñan con salir a otro país, van pensando en formas de salir, a diario navegan por las redes, esperanzados visitan páginas de universidades extranjeras que ofrecen becas, los padres los apoyan, pues saben que en 20 o 30 años o más el país seguirá en las mismas y es mejor mirar afuera, vieron cómo sus padres vivieron épocas duras, de escases de fuentes de empleo y mal pagados.
A hoy la población europea en gran mayoría es vieja, sus gobiernos están preocupado que su alta competitividad industrial se vea afectada por falta de mano de obra calificada, razón por la cual cada vez son más flexibles la condiciones para atraer jóvenes talentos de países como el nuestro.
Transformaciones socioeconómicas de los últimos años se convirtieron factores de expulsión de ciudadanos, muchos bien capacitados y calificados se vieron aislados o no considerados para trabajos más competitivos, en contraposición, fueron contratados para esos puestos personas sin ninguna formación académica o los menos calificados; con estas políticas es muy difícil retener en nuestro país a los estudiantes y profesionales mejor calificados, esos conocimientos adquiridos van a convertirse en productividad en otros países.
Según la OIT, en 2020 “las Américas perdieron el equivalente de 50 millones de puestos de trabajo” esto mejoró en algo los años siguientes, pero muchos pasaron a la fila de los informales, sin ninguna protección social”. El capital humano es clave para mejorar la productividad de cualquier país, de ahí que tanto se insista con la calidad de la educación escolar y superior, pues ellos se convierten en los pilares que posibilitan la productividad de un país. Diego Restuccia, Docente de economía de Universidad de Toronto, señala: “No es solo cuántos años de educación tenemos, sino la calidad de nuestra educación”, Según el banco Mundial 41 millones de latinoamericanos viven fuera de su país, los más se mueven por oportunidades laborales, como ejemplo citan, que 7,2 millones de venezolanos salieron de su país, todos huyeron de crisis económicas, políticas y sociales.
Opiniones de bolivianos como las recogidas mediante encuestas, reflejan el parecer de la gente respecto del país, ello denota y pesa seguramente en decisiones de irse o no del país. Encuesta de septiembre/23 efectuada por la Red de Agencias de Medios-OMG, “1000 bolivianos dicen”, que indagó sobre las principales preocupaciones que aquejan a los bolivianos; algunas respuestas fueron las siguientes: que “la falta de trabajo les preocupa al 74% de los encuestados”, esto condice con el 87% de la población que está desocupada y/o está en el sector informal, seguro desean contar con un trabajo bien remunerado, estable y con prestaciones sociales. “El alza de precios de la canasta familiar preocupa al 71%”, esto en los meses venideros tiende a agravarse debido al cambio climático, grandes sequias, la muerte de ganado y la escasez de frutas, hortalizas, verduras y escasez de agua para regadíos. “Los paros de sectores sociales al 57%”, “inseguridad ciudadana al 51%”, “la pobreza al 49%”, no es necesario ser agorero para no darse cuenta que se viene épocas algo difíciles; uno de cada dos bolivianos cree que el contexto económico, político y de empleabilidad empeorar en los próximos 6 meses, la encuestadora también señala: “reflejándose un incremento de sentimientos negativos, como el estrés, el cansancio emocional, la ansiedad, tristeza, desesperación y el sentirse abrumado; en comparación con menores registros porcentuales de emociones positivas, como el buen humor, estar contentos, tranquilos o relajados, los que además se redujeron en este tramo frente al análisis anterior.”
Todo ello es caldo de cultivo excelentes para la FUGA DE CEREBROS, siendo los países desarrollados y más adelantados los que se benefician de nuestros mejores profesionales e intelectuales; que también son receptores de capitales que al inicio de esta “época perdida” que comenzó el 2006 se beneficiaron de ellos. ¿Nuestros gobernantes no piensan en este tipo de problemas que aquejan a las familias y juventud? ¿Por qué no desarrollar políticas ambiciosas para mejorar la economía de nuestro país, hacerla atractivo para la población y la permanezcan esos intelectuales en el país?
Muchos jóvenes ganan para comer en el día, en comercios ambulantes o no, atestando las calles de las principales ciudades, convirtiéndolas en mercados persas. Otro tanto de jóvenes de clases más acomodadas, ven, que, de acuerdo a su modo de vida, el país no les ofrecerá grandes posibilidades de calidad de estudio, profesionales y económicas, ellos tienen más posibilidades y medios para salir, y lo hacen vía universidades extranjeras o cursos en el extranjero.
Por ejemplo, en el campo de la medicina, por la calidad de enseñanza que se imparte en Bolivia, para nuestros médicos, no les es difícil encontrar un buen puesto en el extranjero, o con sus propios medios pagarse especialidades fuera del país y emigrar, afuera los valoran muy bien y les invitan a quedarse, actualmente muchos ocupan jefaturas de servicio, en puestos de altas especialidades médicas, muchos están en Estocolmo, Madrid, Brúcelas, Berlín, Roma, Milán; en California, Nueva York, Washington, Texas; los hay también en Brasil, en México, Argentina, Chile y otros; no solo a médicos, en otras profesiones ocurre algo muy similar, por el trato respetuoso acordé a su calidad y basto conocimiento profesional y paga acorde a las responsabilidades, una gran mayoría no desea regresar al país.
El 2015, el estado seleccionó de 300 científicos bolivianos radicados en 33 países, a 50, ellos viven y trabajan en grandes empresas y países del mundo, hubiera sido digno que ellos estuvieran en nuestra tierra trabajando, impulsando y creando ciencia, disfrutaríamos de sus avances y altos conocimientos, y que ellos fueran reconocidos, lamentablemente, el estado no da las condiciones para que regresen, y continua la fuga de talentos, siendo otra de las razones para nuestro subdesarrollo anacrónico. El denominado I Encuentro de Científicos Bolivianos en el Exterior, fue impulsado por el gobierno ese año, con el objetivo disque, de una “Liberación Científica Tecnológica de Bolivia” respecto a los países industrializados, fue en ocasión de la presentación su Plan de Desarrollo 2016-2020 del Gobierno de entonces, quedó en nada la tal “liberación” como si la ciencia fueran cadena de opresión.
Una encuesta realizada a miembros la clase media, revela que dos de cada tres bolivianos en el país, tienen al menos un pariente viviendo en el extranjero, de ese total en España (54%), EEUU 15%, Argentina 14% Brasil 3%, etc. Luis Moreira, un boliviano radicado desde hace 30 años en Argentina, decía: “Si los bolivianos en el resto del mundo pudiéramos votar, elegiríamos al presidente por mayoría”, dijo refiriéndose a la gran cantidad de migrantes que hay en el extranjero. Sólo en Argentina se estima que existen 1.500.000 bolivianos, de los cuales unos 850.000 están en capital y el gran Buenos Aires.
Hubo un Einstein, austriaco, que, por falta de estabilidad política y laboral en su país a causa de la segunda guerra mundial, se vio obligado a dejar su país. En nuestro país tenemos al eximio violinista internacional Jaime Laredo, a la virtuosa pianista Ana María Vera que seguro si a estos dos músicos de talla mundial el país les hubiera ofrecido condiciones adecuadas, hubieran desarrollado y realizado su vocación en el país, y vivirían entre los nuestros. El profesor Jaime Escalante que no encontraba futuro y condiciones en nuestro país para transmitir sus conocimientos, tuvo que marchar también al norte. El Servicio Postal de Estados Unidos honró a este eximio boliviano, en el país norteamericano este reconocimiento es un honor reservado sólo para personalidades o iconos relevantes para la historia y cultura de esa nación, él ya es una leyenda de la enseñanza, cuyo trabajo de profesor de matemáticas allá, inspiró la película de 1988 “Stand and Deliver”, “Con ganas de triunfar”, traducido al español, enseñó en Garfield High School, en Los Ángeles, entre los 70s y 90s, se ganó gran reputación por su manera de enseñar, decía a sus estudiantes, que en gran parte provenían de clases sociales muy vulnerables, que ellos podían lograr cualquier cosa mientras tuvieran “las ganas”, el deseo de hacerlas y llevarlas a cabo.
En 1982, gracias a su ímpetu de enseñanza, 18 de sus estudiantes aprobaron una Prueba de Cálculo Avanzado (Advanced Placement Calculus test), un examen muy difícil, que sólo el 2% de los graduados de secundaria se atrevían a rendirlo, él se mudó al país del norte en los años 60s sin saber inglés, murió el 2010 y su legado continúa, recibió varios doctorados honoríficos durante su vida y de forma póstuma, el Washington Post le dedico una columna.
Podemos ir llenando páginas y páginas con nombres de bolivianos que salieron y se convirtieron en destacados profesionales, ellos seguirán saliendo por mejores condiciones y calidad de vida que no encuentran en su tierra. Así como tenemos fuga de cerebros en el campo médico, también los hay en el docente, artístico, musical, empresarial, culinario, etc., etc., el área deportiva no es la excepción, se ven obligados representar a otros países ya que el nuestro no los apoya, viéndose obligados a mendigar unos pesos para costearse entrenamientos y pasajes.