Parque Eólico de Santa Ana, Francisco Morazán
Por Karen Ordóñez
Tegucigalpa. – Desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); 7 –Energías Renovables- y 13 -Lucha Contra el Cambio Climático- ambos interrelacionados entre sí y, que además, incorporan grandes desafíos a los cuales se enfrentan día a día, si bien es cierto, existen un sin número de empresas privadas en todo el mundo que ya trabajan en estos objetivos a fin de hacerlos realidad a través de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a manera de generar el valor social, medioambiental y económico tanto en sus colaboradores como en el entorno donde se desarrollan, quizás algunas no lo hacen de manera pública pero desde el eje de gobernabilidad, el medio ambiente, la comunidad y la implementación de políticas públicas, estas empresas están prácticamente comprometidas a optar por una postura responsable y activa en torno a los resultados de sus operaciones y el bien común no solo de sus colaboradores sino también de las comunidades adyacentes, debido a los efectos económicos y sociales que genera el calentamiento global como causa del cambio climático.
En ese sentido, en Honduras, según las autoridades locales, “el cambio climático está agudizando las vulnerabilidades socioeconómicas de la población hondureña e incidirá cada vez más en sus condiciones económicas, pues los factores dependientes del clima son decisivos para actividades productivas importantes del país, incluyendo la agricultura, hasta la generación hidroeléctrica”. (MiAmbiente+, 2017).
De acuerdo con lo anterior, en 2007 y posteriormente en 2013 (actualizado), fue publicado en el diario oficial La Gaceta el decreto legislativo 70-2007 sobre la Ley de promoción a la generación de energía eléctrica con recursos renovables, que tiene como objetivo reducir la compra de combustibles fósiles, como parte de las metas y objetivos del Plan de Nación y Visión de País.
No obstante, a partir de 2012, Honduras se convirtió en el primer país centroamericano generador de energía eólica tras la inauguración del Parque Eólico Cerro de Hula, localizado a 24 kilómetros al sur de la capital Tegucigalpa, entre los municipios de Santa Ana y San Buenaventura, en el departamento de Francisco Morazán, y la carretera del Sur-más conocida como “CA-5 Sur”, pasa por ambos municipios, la cual constituye una vía de conexión fronteriza con Panamá, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
De acuerdo con la ubicación geográfica de esos municipios, son un buen sitio para generar este tipo de energía ya que los vientos de la zona son muy fuertes, aunque hay variaciones y se refleja en la generación eléctrica, según las estaciones del año –verano o invierno-.
Es importante destacar que la Corporación Multi-Inversiones- CMI-Energía (de origen guatemalteco), desde su visión de inversión, empleo y desarrollo en la región centroamericana opera en Honduras a través del Parque Eólico Cerro de Hula y el parque solar Choluteca.
Esta empresa de capital extranjero genera energía con recursos naturales renovables promoviendo las oportunidades de desarrollo que han transformado la vida de las comunidades, por medio de la creación de empleo, compromiso con el medio ambiente, mejoras en las condiciones de salud, educación y recreación de la población beneficiada.
Parque Eólico Cerro de Hula
Es una agrupación de 63 aerogeneradores, cuenta con una potencia instalada de 126 megavatios, lo que lo posiciona como el parque eólico más grande de Centroamérica, (CMI-Energía, 2020). Su generación representa el 4.7 por ciento de la demanda energética del país. Cabe destacar que para 2019, la implementación de energía renovable en Honduras como lo es dicho parque evitó la emisión de 265 mil 600 toneladas de CO2.
Dentro del análisis, la planta eólica Cerro de Hula, tiene un fuerte compromiso con el desarrollo social sostenible, por ello implementa proyectos socioambientales basados en cuatro pilares fundamentales: infraestructura, medio ambiente y biodiversidad, salud y educación.
Por otro lado, las temporadas de mucho viento y de escaso viento, son una variable constante, los períodos se pueden extender o reducir dependiendo de los fenómenos climáticos ya sea El Niño o La Niña. Por tal razón, esta firma trabaja en diferentes medidas de mitigación, como estimaciones del comportamiento del viento.
Dentro de sus aportes se puede mencionar la restauración de ecosistemas con la plantación de más de 72 mil árboles en la zona. Además, como parte de su responsabilidad social ha entregado becas estudiantiles, apoyo a microempresas, fortalecimiento a centros de salud, programas de educación ambiental, entre otros.
Asimismo, la empresa busca mitigar el impacto del cambio climático, razón por la cual el enfoque de esta empresa, según sus atribuciones, está orientado a la energía renovable, minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta compañía como parte del logro positivo trabaja con seis de los 17 ODS (6, 7, 8, 9, 11 y 13), y se agrupan en dos grandes áreas: Oportunidades para el Progreso y Medio Ambiente y Resiliencia. Es así que dentro del tema energético CMI-Capital desarrolla su responsabilidad social a través de los ODS-6: Asegurar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua, y el saneamiento para todos. ODS-7: Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos y, ODS-13: Adaptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos en las zonas donde están implementados sus proyectos.
Reporte de Sostenibilidad
En su Reporte de Sostenibilidad del año fiscal 2019, expresa que los programas que se implementan están basados en el Modelo de Desarrollo Social Sostenible para promover la autogestión para el desarrollo social de las zonas vecinas a los proyectos. (CMI-Capital, 2019). Además, indica que, en el tema ambiental, se realizan esfuerzos constantes para reducir la huella de carbono, al bajar el consumo de energía, la emisión de gases de efecto invernadero y su compensación. También, en la búsqueda de aminorar la huella hídrica, se disminuye el consumo de agua y el tratamiento eficiente de los efluentes.
CMI-Capital, es consciente de estos riesgos que forman parte de su operación y, de esa forma, hace inversiones importantes enfocadas a la mitigación o prevención del cambio climático, a fin de asegurar la generación de energía para los stakeholders o (grupos de interés). En esta línea y comprometidos con el planeta, también realizan esfuerzos para reducir las emisiones generadas durante algunas actividades propias del proceso de generación, de construcción y cualquier actividad industrial, de acuerdo a sus autoridades.
Entre dichas emisiones se encuentran los GEI, principales responsables del cambio climático por medio del “calentamiento global”, por lo cual resulta imperativo reducir la magnitud de este problema, en su máximo esfuerzo por lograrlo.
El proyecto Cerro de Hula tiene sistemas de conducción y tratamiento de aguas residuales, considerando aspectos de topografía y capacidad de absorción del suelo. El recurso hídrico es manejado en línea con el Reglamento Nacional de Descarga de Aguas Residuales en Cuerpos Receptores, el cual estructura un sistema de registro, autorización, monitoreo y control de las descargas de contaminantes líquidos a los cuerpos de agua.
Conjuntamente la empresa realiza actividades de actualización de técnicas de combate de incendio forestal y prácticas de simulacros.
Cerca del 28 por ciento de los colaboradores del proyecto, realizan alguna actividad relacionada con la conservación y monitoreo de biodiversidad. Por eso, la empresa implementa un plan de reforestación y restauración con especies locales. A la vez, se cuenta con el Sistema de información de Incidentes con Vida Silvestre (SIIVS), implementado en 2018 a través de la contratación de una empresa externa, para poner en práctica, a lo interno de la organización, un esquema de monitoreo de los incidentes con vida silvestre, derivados de las operaciones de la planta eólica Cerro de Hula.
Por otro lado, los árboles empleados en actividades de reforestación y restauración son producidos en el vivero propio de la planta, en su mayoría, a través de cosecha de semillas. Las plantaciones son seleccionadas y/o propuestas por representantes de las comunidades y de las municipalidades, bajo una perspectiva de obtener mayor valor ecosistémico y cultural. Los sitios reforestados son mantenidos y protegidos, y se busca expandirlos cada año.
La responsabilidad de la gestión de la biodiversidad corresponde al Departamento de Medio Ambiente y Gestión Social, que cuenta con el personal y recursos suficientes para ello. Los resultados del monitoreo se reportan en el Instituto de Conservación Forestal (ICF). Como acción de mejora, se identifican los árboles semilleros con las mejores condiciones fenotípicas para la cosecha de material vegetativo.
Por ejemplo, en relación al cuidado y conservación del medio ambiente y fauna, la generación de este tipo de energía tiene entre sus desventajas interrumpir el paso migratorio de aves, que se da por causas del funcionamiento de las torres.
En ese sentido, dicha empresa realiza un estudio para saber qué tipo de aves migran por la zona y en que época del año, así saber si el ave muere dentro del predio de cada torre o bien buscar soluciones, que no afecten directamente a ls pájaros que predominan el lugar, (H & S, 2020).
Desarrollo social
En la parte de desarrollo social la planta eólica de Honduras, ha desarrollado diferentes proyectos en pro del mejoramiento tanto de ecosistema como de la población en si al apoyar a las comunidades cercanas en temas como electrificación, pavimentación, mantenimiento y mejoras de carretera de uso público y del área rural, mantenimiento, reparación y finalización del sistema de bombeo de agua y mejoras de centros de salud y educativos, seguridad alimentaria, cultura y arte de la zona.
Asimismo, se colabora con la implementación de proyecto de ecofogones, estufas de bajo consumo energético, como parte de los beneficios ambientales, por la disminución del consumo de leña, la reducción del humo dentro de los hogares con el fin de apoyar la salud ya que se previenen las enfermedades respiratorias.
Fotos: Johnny Lozano y Leonel Estrada