Tegucigalpa – En una ceremonia reciente para celebrar el ascenso de nueve oficiales a generales de brigada, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Honduras, general Roosevelt Hernández, centró su discurso en temas como la pobreza, la reforma tributaria y el papel de las oligarquías en la sociedad hondureña. Sus palabras reflejaron una alineación con las políticas del partido gobernante Libertad y Refundación (Libre).
Durante el evento, que también conmemoró el Día del Soldado celebrado el pasado 3 de octubre, el general Hernández elogió a la ministra de Defensa y precandidata presidencial por Libre, Rixi Moncada. Destacó su «liderazgo y planteamientos con dignidad» durante su reciente visita a Estados Unidos, donde se reunió con altos funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado.
«Nuestro respeto y agradecimiento por representar al pueblo hondureño con esa dignidad y honor, como lo mencionaba el general Francisco Morazán», expresó Hernández.
El jefe militar reflexionó sobre la situación económica del país, señalando que la acumulación excesiva de riqueza perjudica a la sociedad y a la democracia. «La acumulación de las riquezas es un daño a la sociedad, por tanto, es un daño a la democracia. Uno de los enemigos de la democracia es la oligarquía; es una doctrina política, no es un invento», afirmó.
Hernández hizo hincapié en la necesidad de crear políticas públicas orientadas al bien común para combatir la pobreza que afecta al 70% de la población hondureña. Citando pensamientos de filósofos y referencias bíblicas, indicó: «Honduras necesita el milagro de la multiplicación para lograr la alimentación de nuestra población en pobreza. Para que se dé este milagro, es necesario crear políticas públicas que tengan como objetivo el bien común».
En relación con la reforma tributaria propuesta por el gobierno, el general reveló que las Fuerzas Armadas solicitaron conocer detalles de la Ley de Justicia Tributaria. «Nos dimos cuenta de muchas cosas, una de ellas es la exoneración de 66 mil millones de lempiras al año, beneficiando a un grupo reducido de 10 familias. Increíble», señaló, comparando esa cifra con el presupuesto de seis años de las Fuerzas Armadas.
Reconocimientos y ascensos
Durante la ceremonia, se entregaron reconocimientos y condecoraciones a diversas personalidades. La presidenta Xiomara Castro, la ministra Rixi Moncada y el exministro de Defensa José Manuel Zelaya recibieron la estatua del espadachín, en reconocimiento a su liderazgo en la conducción de las Fuerzas Armadas.
También se honró al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo; a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Ráquel Obando; y al fiscal general, Johel Zelaya, por su labor conjunta en la misión de «vigilar aunque la noche sea alta».
El general Hernández extendió su agradecimiento a dos oficiales extranjeros, el comisionado Cáceres y el general Salazar Martínez, calificándolos como «embajadores de nuestra doctrina y cultura» por su labor en misiones que han fortalecido la relación entre países.
Dirigiéndose a los nueve oficiales ascendidos a generales de brigada, Hernández expresó: «Tienen ustedes ese voto de confianza. Me siento muy agradecido y contento porque el reconocimiento es primeramente de Dios, también de la institucionalidad y del respeto de nuestra comandante general de las Fuerzas Armadas. Respetando nuestra forma y dinámica institucional».
El discurso del general Hernández ha sido interpretado como un respaldo a las iniciativas del gobierno actual, enfatizando la importancia de abordar las desigualdades económicas y promover reformas que beneficien al conjunto de la sociedad hondureña.
