Tegucigalpa – La separación del general Muñoz del mando de la PMOP, considerada la cuarta rama de las Fuerzas Armadas, tiene importantes implicaciones para su carrera militar.
La decisión, comunicada de manera verbal al oficial, lo excluye automáticamente de la Junta de Comandantes y, consecuentemente, de la posible disputa por la Jefatura del Estado Mayor Conjunto prevista para diciembre.
Ante esta situación, Muñoz ha respondido con declaraciones que defienden su gestión: «Creo que ya cumplí con un ciclo en el cual no me presté a ninguna instrumentalización de ningún tipo», afirmó, desafiando a que se demuestre cualquier vínculo con actividades ilícitas o favores a organizaciones criminales durante su mandato.
El general manifestó su esperanza de que el relevo responda a las rotaciones normales en los mandos militares y no a otros motivos no especificados. Por el momento, continuará ejerciendo sus funciones como director del Instituto Nacional Penitenciario «hasta segunda orden», según sus propias palabras.
Este cambio en el alto mando militar representa una significativa reorganización en una de las instituciones de seguridad más importantes del país, cuyas repercusiones podrían extenderse más allá del ámbito puramente militar.