Tegucigalpa – La tensión entre Honduras y Estados Unidos alcanza nuevos niveles de complejidad tras las declaraciones de la presidenta Xiomara Castro sobre la base militar de Palmerola, según advierte el general en condición de retiro Luis Alonso Maldonado.
El experimentado militar señala que esta postura representa una escalada significativa en una crisis diplomática que ya venía gestándose.
De acuerdo con Maldonado, esta situación amenaza con desmantelar los avances logrados durante la administración Biden en tres áreas fundamentales: el ámbito migratorio, la cooperación en defensa y seguridad (evidenciada por la visita de la titular del Comando Sur, Laura Richardson), y las relaciones establecidas con el subsecretario Bryan Nichols.
El experto militar enfatiza que la actual orientación ideológica está distorsionando la política exterior hondureña, comprometiendo las relaciones internacionales del país.
Particularmente preocupante resulta el intento de condicionar la política exterior estadounidense, en lugar de buscar soluciones constructivas en temas críticos como el Estatus de Protección Temporal (TPS).
La crisis actual se enmarca en un contexto más amplio de desencuentros diplomáticos, que incluyen la denuncia del tratado de extradición, tensiones con la embajadora Laura Dogu, y controversias sobre las listas de personas señaladas por corrupción emitidas desde Washington.
Maldonado subraya la inadecuada vinculación entre políticas migratorias y asuntos de defensa y seguridad, señalando que esta estrategia carece de coherencia diplomática.
«El mensaje diplomático, al adoptar un tono confrontativo, puede generar impactos negativos generalizados», advierte Maldonado, quien insiste en la necesidad de mantener los acuerdos bilaterales fuera del ámbito de la negociación política coyuntural, priorizando los intereses fundamentales del pueblo hondureño.