Tegucigalpa – El gabinete económico del gobierno de la presidenta Xiomara Castro ha alcanzado un consenso preliminar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre tres propuestas clave para avanzar en las negociaciones de un nuevo acuerdo económico, según informaron fuentes cercanas al proceso.
Estas medidas buscan corregir los desaciertos en las políticas fiscales que han llevado al país a una situación crítica, afectando seriamente su economía.
Las tres propuestas incluyen el incremento de la tasa de política monetaria, lo que encarecería los créditos; una aceleración en la devaluación del lempira frente al dólar, que podría llegar hasta 50 centavos; y la oficialización de un mecanismo de subasta de divisas a través del Banco Central de Honduras (BCH). Aunque las propuestas aún no han sido oficializadas, se espera que en los próximos días se concreten durante las negociaciones con el FMI.
Además, se contempla la emisión de bonos soberanos por un valor de 800 a 1,000 millones de dólares, con tasas de interés más bajas, como parte del acuerdo.
Fuentes cercanas al proceso indicaron que las negociaciones en Washington han sido relativamente exitosas, lo que permitiría que una misión del FMI visite Honduras después de la Semana Morazánica para avanzar en la evaluación del acuerdo «stand-by» 2023-2026.
Sin embargo, las medidas acordadas podrían traer consigo una devaluación del lempira y un aumento en las tasas de interés, lo que generaría un impacto directo en la economía nacional.
El economista Henry Rodríguez subrayó que negociar con el FMI es crucial para Honduras, ya que permite acceder a recursos que podrían ayudar a solventar los desequilibrios en la balanza de pagos y las finanzas públicas.
Sin embargo, advirtió que el acuerdo también implicará ajustes importantes, como la reformulación del presupuesto y la renegociación de la deuda externa, que actualmente consume el 50% del presupuesto nacional en intereses y capital.
Las discusiones continúan, y el gobierno hondureño busca minimizar el impacto de estas medidas en los sectores productivos y comerciales del país, mientras que el FMI evalúa los pasos necesarios para estabilizar la economía.