Tegucigalpa – Efectivos del Primer Batallón de Artillería del Ejército de Honduras realizaron este jueves un macabro hallazgo en una zona boscosa de Santa Cruz Soroguara, departamento de Francisco Morazán: los cuerpos sin vida de Juan Silva y su hijo Juan Antonio Silva, quienes habían sido reportados como desaparecidos.
Las circunstancias del crimen revelan un nivel de brutalidad extrema. Según los primeros reportes, ambas víctimas fueron encontradas desnudas y arrojadas al fondo de un barranco. El cuerpo de Juan Silva padre fue seccionado por la cintura, con una parte localizada en la zona alta del barranco y otra en lo más profundo.
En el caso de su hijo, el horror fue aún mayor: su cuerpo apareció desmembrado, cortado a la mitad y ubicado a unos diez metros más abajo que el de su progenitor. Las autoridades confirmaron que ambos cuerpos fueron decapitados y que las cabezas no fueron encontradas en la escena del crimen, lo que sugiere que los perpetradores se las llevaron.
Familiares de las víctimas revelaron un posible móvil del crimen: Juan Silva era un reconocido ambientalista que recientemente había interpuesto una denuncia ante la Fiscalía por tala ilegal del bosque en Santa Cruz de Soroguara.
Selvin David Ventura Hernández, otro de los hijos del ambientalista, expresó su dolor ante la pérdida. «Él cuidaba los bosques, pedimos que se haga justicia, que la ley ponga su mano dura contra los responsables», declaró entre lágrimas.
Este brutal crimen pone de manifiesto una vez más los riesgos que enfrentan los defensores ambientales en Honduras, país que ha sido clasificado como uno de los más peligrosos del mundo para quienes defienden los recursos naturales y el medio ambiente.
Las autoridades han iniciado las investigaciones correspondientes, aunque hasta el momento no se han reportado detenciones relacionadas con este doble homicidio que ha conmocionado a la comunidad local y a las organizaciones ambientalistas del país.