Tegucigalpa – La tormenta tropical Sara ha obligado al gobierno hondureño a mantener la suspensión de clases y la alerta roja en gran parte del territorio nacional, mientras las autoridades intentan hacer frente a las secuelas del fenómeno que ha dejado más de 110 mil afectados en el país.
La medida, que busca proteger la integridad de los estudiantes y sus familias, se produce mientras varias regiones continúan enfrentando condiciones meteorológicas adversas, con suelos saturados, ríos desbordados y cientos de comunidades aún incomunicadas.
La decisión de mantener los centros educativos cerrados refleja la gravedad de la situación que enfrenta el país, donde las labores de rescate y atención a damnificados continúan siendo prioritarias. Las autoridades educativas han señalado que el reinicio de las actividades académicas dependerá de la evolución de las condiciones climáticas y la rehabilitación de las vías de acceso.
Mientras tanto, la alerta roja sigue vigente en ocho departamentos, incluyendo las zonas más afectadas del norte y sur del país, donde las autoridades mantienen un llamado a la población para extremar precauciones ante posibles deslizamientos e inundaciones.