Tegucigalpa – Honduras enfrenta una alarmante situación ambiental en el inicio de 2025 con la pérdida de 922 hectáreas de bosque y vegetación debido a incendios forestales, según reportó este miércoles el Instituto de Conservación Forestal (ICF).
Este impacto representa un serio golpe al patrimonio natural del país centroamericano, considerado uno de los más vulnerables ante fenómenos naturales.
De acuerdo con el informe oficial, entre enero y el 12 de marzo se han registrado 34 incendios forestales en territorio hondureño. El dato más preocupante es que el 38,2% de estos siniestros se produjeron directamente en zonas boscosas, afectando 815,5 hectáreas, lo que constituye el 88,45% del área total devastada por las llamas.
El ICF también destacó que seis incendios ocurrieron en microcuencas y otros diez en áreas protegidas, lo que aumenta la gravedad del impacto ecológico en este país que cuenta con una extensión territorial de 112.777 kilómetros cuadrados.
La distribución geográfica de los siniestros muestra que Choluteca, departamento ubicado en la región sur y fronterizo con Nicaragua, es el más afectado con 16 incendios que han destruido 609 hectáreas, más del 66% del total nacional.
El patrón temporal de estos eventos muestra una escalada preocupante: en enero se reportaron 12 incendios que afectaron 23 hectáreas; febrero registró un incremento con 16 siniestros que dañaron 559 hectáreas; mientras que en apenas 12 días de marzo ya se contabilizan seis incendios con 340 hectáreas destruidas, evidenciando una aceleración del problema.

Frente a esta situación, decenas de personas, entre miembros del ICF, Fuerzas Armadas y voluntarios de instancias locales, participan activamente en el combate de los incendios. Sin embargo, las estadísticas históricas son desalentadoras: Honduras pierde anualmente entre 50.000 y 60.000 hectáreas debido a la combinación de tala ilegal e incendios.
Las autoridades hondureñas señalan que más del 90% de estos siniestros tienen origen antropogénico, es decir, son causados por actividades humanas. Organizaciones medioambientales han identificado que una práctica común entre campesinos es la quema controlada para preparar terrenos de cultivo, pero frecuentemente estas quemas se salen de control y desencadenan incendios forestales de mayor magnitud que se propagan hacia zonas montañosas.
Esta situación pone de manifiesto los desafíos que enfrenta Honduras en términos de gestión ambiental y prevención de desastres, especialmente considerando su alta vulnerabilidad ante el cambio climático y otros fenómenos naturales.