Tegucigalpa – Honduras ha confirmado 27 casos de gusano barrenador en humanos y tres fallecimientos relacionados con esta enfermedad parasitaria durante los primeros meses de 2025, según informó este lunes la Secretaría de Salud. Las autoridades sanitarias indicaron que todos los casos han sido verificados mediante pruebas de laboratorio, siendo la población masculina la más afectada.
Reina Velásquez, jefa del Programa de Zoonosis de la Secretaría de Salud, detalló que de las tres personas fallecidas por complicaciones de miasis, dos presentaban enfermedades preexistentes que agravaron su condición. La funcionaria explicó que esta enfermedad parasitaria es causada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluyendo humanos.
El proceso infeccioso comienza cuando las larvas, que nacen pocas horas después de la puesta, se alimentan de tejido vivo provocando lesiones graves que pueden derivar en pérdida de función de órganos e incluso la muerte en casos no tratados adecuadamente.
Aunque la presencia del gusano barrenador en animales fue detectada en septiembre de 2024, lo que motivó la declaración de emergencia sanitaria, el primer caso en humanos se reportó hasta el 6 de febrero de 2025 en un residente de Catacamas, departamento de Olancho, en el este del país.
«Los departamentos con mayor incidencia son Francisco Morazán, donde se ubica la capital, además de Olancho y Yoro, en las regiones este y norte del territorio nacional», precisó Velásquez, quien hizo un llamado especial a personas con heridas o úlceras para que mantengan una rigurosa higiene y busquen atención médica oportuna para prevenir infecciones.
La situación se enmarca en un contexto más amplio que ha afectado considerablemente al sector ganadero hondureño, con más de 1.200 casos confirmados en animales desde la declaratoria de alerta sanitaria. Como respuesta, la Secretaría de Agricultura y Ganadería ha implementado un plan integral que incluye cuarentenas en puntos fronterizos, vigilancia epidemiológica en zonas de alto riesgo, educación sanitaria masiva y controles reforzados para el movimiento de animales.
Las autoridades continúan monitoreando la evolución del brote mientras intensifican las medidas preventivas para contener la propagación de este parásito que representa una amenaza tanto para la salud pública como para la producción ganadera del país.