Tegucigalpa – La economía de Honduras mantiene una trayectoria sólida con un crecimiento acumulado del 3.8% a abril de 2025, impulsada por sectores clave como los servicios financieros, telecomunicaciones, remesas familiares, agroindustria y comercio, según reveló el más reciente boletín del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) publicado por el Banco Central de Honduras (BCH).
El informe destaca el dinamismo de actividades vinculadas al consumo, servicios digitales y exportaciones, manteniéndose alineado con el parámetro de crecimiento económico establecido en la revisión del Programa Monetario 2024-2025. Carlos Ávila, gerente del BCH, destacó que la expansión acumulada del Producto Interno Bruto (PIB) hasta abril responde al dinamismo de sectores clave vinculados al consumo, los servicios digitales y las exportaciones.
Las principales actividades que contribuyeron a este desempeño fueron la intermediación financiera, seguros y fondos de pensiones; correo y telecomunicaciones; agricultura, ganadería, silvicultura y pesca; transporte y almacenamiento; y comercio. Estos sectores mostraron un comportamiento robusto que compensó las debilidades en otras áreas de la economía.
El sector financiero sobresalió como uno de los motores del crecimiento, registrando un aumento significativo en ingresos por intereses, especialmente en préstamos al consumo, adquisición de bienes raíces y comercio, además de mayores comisiones bancarias. Los seguros y fondos de pensión también crecieron gracias a un mayor volumen de primas y cotizaciones, contribuyendo de manera sustancial al dinamismo económico.
Las telecomunicaciones mantienen una tendencia al alza debido a la creciente adopción de soluciones digitales y al aumento en la demanda de servicios de internet fijo y móvil. Este sector ha mostrado un crecimiento consistente que refleja la transformación digital que experimenta el país y la mayor conectividad de la población.
El sector agropecuario, uno de los pilares tradicionales de la economía nacional, mostró buen desempeño impulsado por las ventas externas de café, que se beneficiaron de precios internacionales altos. También se registró un aumento en la producción de camarón, tilapia, maíz, frijol, carne, aves y huevos, demostrando la diversificación y fortaleza del sector primario.
El comercio creció debido al incremento en ventas de alimentos, fertilizantes y maquinaria eléctrica, vinculado al inicio de la temporada agrícola. Este sector se ha beneficiado de la mayor demanda interna y del dinamismo de las actividades económicas relacionadas con la agricultura y otros sectores productivos.
El sector transporte y almacenamiento repuntó por la mayor movilización de mercancías, tanto a nivel nacional como internacional, reflejando un incremento en la actividad comercial y la mejora en la conectividad logística del país.
Las remesas familiares continuaron siendo un factor clave en el crecimiento económico nacional. De acuerdo con el BCH, los ingresos enviados por hondureños desde el exterior sumaron 4,663.7 millones de dólares hasta mayo, representando aproximadamente una cuarta parte del PIB y constituyendo una fuente vital de divisas para el país.
La única nota negativa en el panorama económico fue la leve contracción de la industria manufacturera, debido principalmente a la menor producción de textiles y prendas de vestir. Esta contracción refleja los desafíos que enfrenta el sector maquilador ante la competencia internacional y los cambios en las cadenas globales de suministro.
El crecimiento del 3.8% registrado hasta abril se encuentra dentro del rango proyectado por el BCH para el período 2025-2026, que estima un crecimiento entre 3.5% y 4.0%. Esta proyección se sustenta en el sostenimiento de la demanda privada interna, apoyada por el ingreso disponible de los hogares, los ingresos generados por el café, los flujos de remesas familiares y las transferencias monetarias vinculadas a programas sociales prioritarios.
La solidez mostrada por la economía hondureña contrasta con las proyecciones más conservadoras del Banco Mundial, que redujo su estimación de crecimiento para Honduras a 2.8% en 2025, citando factores como el bajo dinamismo de las exportaciones, la desaceleración en la expansión del crédito y la mayor incertidumbre global.
El desempeño económico positivo plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este ritmo en los próximos meses, especialmente considerando los desafíos externos como la incertidumbre global, los efectos del cambio climático y la dependencia de factores externos como los precios internacionales de commodities y el flujo de remesas familiares.