Tegucigalpa – A partir del próximo lunes 30 de septiembre, los consumidores en Honduras experimentarán una disminución en los precios de los combustibles, según informó este viernes la Secretaría de Energía.
La nueva estructura de precios reflejará reducciones significativas en varios derivados del petróleo tanto en Tegucigalpa como en San Pedro Sula, las dos principales ciudades del país.
En Tegucigalpa, la capital, los precios quedarán de la siguiente manera:
- Gasolina súper: Baja 0.88 lempiras, estableciendo un nuevo precio de 97.04 lempiras por galón.
- Gasolina regular: Disminuye 0.56 lempiras, para costar 88.16 lempiras.
- Diésel: Reduce su precio en 0.81 lempiras, quedando en 80.62 lempiras.
- Kerosene: Desciende 0.65 lempiras, situándose en 70.28 lempiras.
- GLP vehicular: Baja 0.42 lempiras, con un nuevo costo de 44.60 lempiras.
- GLP doméstico: No presenta cambios, manteniéndose en 238.13 lempiras.
En San Pedro Sula, los nuevos precios serán:
- Gasolina súper: Se reduce en 0.83 lempiras, costando ahora 94.48 lempiras por galón.
- Gasolina regular: Baja 0.50 lempiras, con un precio de 85.61 lempiras.
- Diésel: Disminuye 0.75 lempiras, fijándose en 77.92 lempiras.
- Kerosene: Desciende 0.60 lempiras, quedando en 67.61 lempiras.
- GLP vehicular: Reduce su costo en 0.42 lempiras, estableciendo un precio de 41.07 lempiras.
- GLP doméstico: Sin variaciones, permanece en 216.99 lempiras.
Estas reducciones representan un alivio para los ciudadanos, especialmente para aquellos que dependen diariamente del transporte. La disminución en el precio del diésel y las gasolinas podría influir positivamente en el costo de productos y servicios, al reducir los gastos de transporte y logística.
Expertos económicos señalan que estas rebajas responden a fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo y sus derivados. La Secretaría de Energía continuará monitoreando el mercado global para ajustar los precios de forma acorde y beneficiar a la población hondureña.
Mientras tanto, el Gas Licuado de Petróleo (GLP) de uso doméstico mantiene su precio sin cambios, lo que garantiza estabilidad en los costos para los hogares que utilizan este recurso esencial.