Tegucigalpa – Durante los 224 días transcurridos en este año, Honduras ha registrado un impresionante decomiso de 10.5 toneladas de cocaína y marihuana, según un informe reciente.
Esta cifra refleja tanto el progreso en los esfuerzos para combatir el narcotráfico como los desafíos persistentes que enfrenta el país en esta área crítica.
Honduras ha sido históricamente considerada como una ubicación crucial en la ruta del narcotráfico, y esta última información demuestra cómo el problema se manifiesta en todas sus modalidades: tránsito, consumo, producción y comercialización.
Estas actividades ilícitas han tenido un impacto significativo en la institucionalidad y el estado de derecho del país, incluso infiltrando el ámbito político a través del financiamiento ilegal de campañas.
Los datos específicos del informe proporcionados por las Fuerzas Armadas de Honduras detallan el decomiso de 6.4 toneladas de cocaína en diversas operaciones llevadas a cabo en los primeros ocho meses de 2023.
Además, se han incautado 8,859 libras (4.026 toneladas) en todo el territorio hondureño. Es interesante notar que, en comparación con el año pasado, se ha registrado una disminución en las incautaciones de marihuana en 2023.
A pesar de ello, las incautaciones de cocaína parecen estar en camino de superar los números del año pasado, con 7.1 toneladas reportadas hasta ahora.
Uno de los aspectos sobresalientes de los esfuerzos antinarcóticos en Honduras ha sido la destrucción de plantaciones de coca.
En lo que va de este año, se han destruido alrededor de 4.3 millones de plantas de coca, lo que sugiere que 2023 podría superar las cifras del año anterior, cuando se destruyeron 6.5 millones de plantas.
Es relevante mencionar que el departamento de Olancho ha emergido como un epicentro de las plantaciones de coca en 2023, lo que marca un cambio en la geografía de este problema.
Antes concentrado en Iriona, Colón, ahora se ha trasladado a Patuca, Olancho, donde se ha realizado uno de los mayores decomisos.
El informe también revela otros aspectos importantes, como el aumento de las destrucciones de narcolaboratorios y la disminución en la destrucción de narcopistas.
Además, se proporcionan cifras relacionadas con el decomiso de dinero y la presencia de plantaciones de coca en diferentes departamentos del país.
En resumen, este informe destaca tanto los avances notables como los desafíos continuos en la lucha contra el narcotráfico en Honduras.
Los esfuerzos para combatir este problema persisten en múltiples frentes, desde la incautación de drogas hasta la erradicación de cultivos, y reflejan el compromiso del país en enfrentar uno de los problemas más apremiantes en su seguridad y estabilidad.
