Las autoridades informaron hoy que el albergue en el este de Francia, donde once personas perdieron la vida en un incendio ayer, no habían superado los exámenes de seguridad requeridos para establecimientos autorizados a recibir visitantes.
De acuerdo con la fiscal adjunta de Colmar, Nathalie Kielwasser, el edificio, que era un antiguo granero reconvertido, no había sido examinado por la comisión de seguridad correspondiente.
Estos exámenes son obligatorios y los establecimientos deben cumplir con normas específicas de seguridad, como alarmas contra incendios, puertas de emergencia contra incendios y señalización de evacuación, en función de su capacidad de alojamiento.
Las víctimas una vez formaron parte de un grupo de una institución de apoyo a jóvenes con discapacidades psíquicas de la ciudad de Nancy, que se encontraron de vacaciones en la localidad de Wintzenheim, en Alsacia.
El grupo estaba alojado en el primer piso, y la mayoría de sus integrantes fallaron cuando la estructura colapsó. En la planta baja se encontró otro grupo de una distinta de Francia, quienes lograron salvarse la región.
Las autoridades también están investigando si el albergue contaba con suficientes detectores de incendios, además de los obligatorios en este tipo de establecimientos.
Según el alcalde adjunto de la localidad, Daniel Leroy, el albergue no tenía autorización para alojar a tantas personas, ya que esa noche se encontraron en el edificio un total de 28 personas.
Sin embargo, esta información aún no ha sido confirmada por las autoridades ni por la investigación judicial en curso.
Los investigadores se encontraron trabajando en los escombros dentro de un perímetro asegurado por gendarmes, según informado la prefectura del departamento del Alto Rin.
