Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron este jueves que decenas de sus tropas volaron a Siria el 8 de septiembre pasado para desmantelar una fábrica subterránea de misiles financiada por el régimen de Irán.
Por Infobae
El ejército israelí, que rara vez hace comentarios sobre sus actividades dentro de Siria, señaló en un comunicado que en la incursión participaron más de 100 soldados de comandos israelíes que destruyeron la instalación en la zona de Masyaf, cerca de la costa mediterránea.
Las FDI explicaron que el complejo subterráneo Masyaf “incluía líneas de montaje avanzadas diseñadas para fabricar misiles guiados de precisión y cohetes de largo alcance” para el grupo terrorista libanés Hezbollah “y otros apoderados terroristas iraníes en la región”.
Las tropas llegaron en helicópteros, “con apoyo de fuego e inteligencia de aviones, aviones de combate y buques de guerra”, precisaron.
Las imágenes de la incursión, también divulgadas por las FDI este jueves, mostraban a soldados subiendo a helicópteros en una base y aterrizando posteriormente en el objetivo dentro de Siria. Se puede ver a las tropas entrando en el recinto mientras resuenan disparos de fondo. Imágenes granuladas muestran después a los soldados regresando a su base.
El portavoz militar, teniente coronel Nadav Shoshani, dijo a los periodistas en una sesión informativa online que “esta fábrica de misiles guiados de precisión fue excavada en la ladera de una montaña bajo tierra en la zona de Masyaf”. Y añadió: “De hecho, la mayoría de los componentes procedían de Irán para misiles guiados de precisión y misiles tierra-tierra”.
La instalación tenía capacidad para fabricar cientos de misiles al año, afirmó Shoshani.
Según la organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), las instalaciones fueron creadas y supervisadas por la Guardia Revolucionaria iraní.
Teherán condenó entonces la incursión como un “ataque criminal”.
Por su parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró este jueves que la incursión subraya la determinación de Israel de llevar a cabo operaciones en cualquier lugar para defenderse.
“Esta es una de las contracciones más importantes que hemos tomado contra los intentos del eje iraní de armarse para hacernos daño, y demuestra nuestra determinación y audacia para actuar en cualquier lugar para protegernos”, dijo Netanyahu en un comunicado.
El jefe militar israelí Herzi Halevi, que supervisó la operación, agregó que el operativo formaba parte de “una serie de valientes misiones” en todo Medio Oriente “con el objetivo de destruir las capacidades de fabricación de misiles del eje iraní”.
“Durante años, Irán formó un anillo de lanzamiento de cohetes y misiles en torno a las fronteras de Israel, y nosotros hemos atacado tanto el anillo como su cabeza”, afirmó Halevi, y destacó otras incursiones en la Franja de Gaza, en el bastión de Hezbollah en el sur de Beirut y en territorio iraní “en los últimos meses”.
El comunicado militar señala que la maquinaria y los documentos críticos encontrados en la fábrica fueron llevados a Israel para su posterior investigación. “Los soldados destruyeron el complejo y regresaron sanos y salvos a territorio israelí”.
Rami Abdel Rahman, director del OSDH, declaró a la agencia AFP tras la incursión que ésta había sido precedida de intensos ataques aéreos, que destruyeron otro “centro de investigación científica” en Masyaf utilizado para el desarrollo de armas y en el que trabajaban expertos iraníes.