El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, se reunieron en Nueva York en un encuentro al margen de la Asamblea General de la ONU, en lo que fue su primer cara a cara, lo que ilustra el creciente acercamiento entre ambos países y la recuperación de sus lazos diplomáticos tras años de fricciones.
Ambos dirigentes “trataron asuntos regionales e internacionales, incluida la normalización entre Israel y Arabia Saudita”, un proceso para que el Estado judío y Riad normalicen vínculos que se está negociando por iniciativa de Estados Unidos, y que justo esta semana Erdogan dijo apoyar, al asegurar que reduciría las tensiones en la región.
Los dos mandatarios también acordaron hacer visitas mutuas a sus respectivos países en un futuro, algo que comenzarán a coordinar sus propios equipos, concretó la Oficina del primer ministro israelí.
Para Erdogan, su paso por Israel y territorio palestino coincidiría con el centenario de la República de Turquía, y podría aprovechar para conmemorarlo con una visita a la Mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, tercer lugar más sagrado del islam.
En su encuentro, Netanyahu y Erdogan también decidieron “seguir avanzando en las relaciones bilaterales en materia comercial, económica y energética”.
El primer ministro israelí agradeció al dirigente turco por “la cooperación productiva de los servicios de seguridad” entre ambos países, que “han frustrado la intención maliciosa de células terroristas de atacar objetivos israelíes en Estambul”.
En los últimos tiempos, los cuerpos de seguridad e inteligencia turcos desarticularon varios grupos presuntamente relacionados con Irán -máximo enemigo de Israel- que habrían planeado ataques contra israelíes en Turquía.
Hasta esta reunión, Erdogan y Netanyahu solo habían tenido contacto telefónico tras años en que ambos dirigentes estuvieron gobernando sus respectivos países, en gran medida marcados por la tensión bilateral y las declaraciones cruzadas por cuestiones que han entorpecido sus vínculos.
Con todo, hace un año ambos Estados restablecieron totalmente sus relaciones diplomáticas tras un progresivo proceso de acercamiento, y restituyeron sus respectivos embajadores que habían retirado.
Las tensiones entre los dos países alcanzaron su punto álgido en 2010, cuando el Ejército israelí asaltó en aguas internacionales el buque Navi Marmara, que pretendía romper el bloqueo israelí de Gaza.
En este abordaje diez turcos murieron, y Ankara decidió suspender sus acuerdos vigentes con Israel, tras haber sido aliados estratégicos en especial desde los noventa.
En 2016, ambos países anunciaron que retomaban lazos diplomáticos, pero la tensión aumentó con el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital israelí y el traslado de la Embajada de EE.UU. a la Ciudad Santa.
Todo ello parece estar atrás y ahora Turquía e Israel encaran una nueva etapa en que están interesados en ampliar su alianza como socios regionales y potencias en Oriente Medio.