El ministro de Defensa de Italia acusó este lunes al grupo mercenario ruso Wagner de fomentar la migración ilegal en el Mediterráneo hacia Europa, como una forma de debilitar a los países que apoyan a Ucrania.
“El aumento exponencial del fenómeno migratorio desde las costas africanas es también, en buena medida, parte de una clara estrategia de guerra híbrida que la división Wagner, mercenarios a sueldo de Rusia, está implementando, utilizando su considerable peso en algunos países africanos”, escribió el ministro Guido Crosetto en un comunicado.
“Así como la Unión Europea, la Alianza Atlántica (OTAN) y Occidente se han dado cuenta de que los ciberataques hacen parte del enfrentamiento global que ha abierto la guerra en Ucrania, deberían entender ahora que el frente del sur de Europa también se ha vuelto cada día más peligroso”, advirtió.
Para el ministro “la inmigración descontrolada y continua, sumada a la crisis económica y social, se ha convertido en una forma de golpear a los países más expuestos, en primer lugar Italia, y sus opciones geoestratégicas, claras y nítidas”, indicó.
Más de 20.000 inmigrantes han desembarcado en las costas de Italia en lo que va del año, en comparación con los cerca de 6.000 que llegaron en el mismo período en 2022 y 2021, según cifras del Ministerio del Interior.
La mayoría de los migrantes parte del norte de África en botes abarrotados, y muchos han perdido la vida, entre ellos los 30 que resultan desaparecidos tras volcarse el domingo frente a Libia el barco en que viajaban.
El grupo Wagner, dirigido por un hombre de negocios considerado cercano al presidente Vladimir Putin, es una organización paramilitar que actualmente es muy activa en Ucrania y que ha participado en varios conflictos de África, entre ellos en República Centroafricana y Malí además de Siria y Libia.
La denuncia de Crosetto fue repetida por el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Antonio Tajani, quien aseguró el lunes durante su viaje a Israel que Roma estaba preocupada “porque muchos inmigrantes provienen de zonas controladas por el grupo Wagner”.
El gobierno de extrema derecha liderado por la primera ministra Giorgia Meloni venció las elecciones en septiembre con la promesa de poner fin a la migración masiva.
Sus críticos lamentan que su dura política de impedir la llegada de barcos con migrantes y de tratar el fenómeno como un problema de aplicación de la ley y no humanitario, contribuyó al grave naufragio del 26 de febrero en el que murieron ahogadas más de 70 personas.
Italia, miembro de la UE y de la OTAN, es un firme aliado de Ucrania y envía armas a ese país por la invasión de Rusia.
