Tegucigalpa, Honduras – La diplomacia hondureña experimenta una transición de liderazgo con el nombramiento oficial del embajador Javier Bú Soto como secretario de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, concretando un cambio ministerial motivado por aspiraciones electorales del funcionario saliente.
La juramentación, realizada en ceremonias solemnes en Casa Presidencial, marca el inicio de una nueva etapa en la conducción de la política exterior nacional bajo el mandato de la presidenta Xiomara de Zelaya.
El relevo ministerial se originó en la renuncia de Enrique Reina al cargo de canciller para postularse como candidato o designado presidencial en las próximas elecciones, evidenciando la intersección entre diplomacia y política electoral que caracteriza el panorama nacional.
La designación de Bú Soto, anunciada inicialmente el 27 de mayo pero formalizada hasta el 9 de junio, responde a la necesidad de continuidad en la gestión de las relaciones internacionales durante un período crítico para el país.
La presidenta expresó durante la ceremonia su «plena confianza en la experiencia diplomática y el compromiso del Embajador Bu para fortalecer la política exterior de Honduras y fomentar relaciones internacionales basadas en el respeto, la soberanía y la cooperación mutua».
Esta declaración establece los lineamientos centrales que guiarán la gestión del nuevo funcionario en un contexto regional complejo que demanda habilidad negociadora y visión estratégica.
El perfil del nuevo canciller se sustenta en una «destacada trayectoria en el servicio exterior» que incluye representación hondureña «en diversas misiones diplomáticas y organismos multilaterales, donde ha demostrado su capacidad de negociación, liderazgo y vocación de servicio público», según detalló la cancillería.
Esta experiencia resulta fundamental para enfrentar los desafíos internacionales que requieren de diplomacia especializada y conocimiento profundo de las dinámicas multilaterales.
Bú Soto respondió a su designación agradeciendo la confianza presidencial y reafirmando «su disposición de trabajar por una diplomacia activa, transparente y enfocada en los intereses estratégicos del país».
Este compromiso sugiere una orientación hacia la modernización de la gestión diplomática hondureña, priorizando la transparencia como elemento diferenciador y los intereses nacionales como brújula de las decisiones internacionales en una coyuntura donde Honduras requiere fortalecer su posicionamiento regional y global.