Tegucigalpa – La lucha contra la corrupción en Honduras enfrenta su momento más crítico tras alcanzar el país centroamericano su puntuación más baja en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional, una situación que ha provocado duras críticas por parte de Juan Jiménez Mayor, exvocero de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH).
A menos de un año para que concluya el actual período gubernamental, la prometida instalación de una nueva misión anticorrupción sigue sin materializarse, evidenciando lo que Jiménez Mayor describe como una «falta de voluntad política real» para combatir este flagelo.
El deterioro institucional se refleja en múltiples aspectos críticos: el debilitamiento del sistema anticorrupción en el Ministerio Público-Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (MP-Uferco), la multiplicación de casos graves de corrupción, y la controversial modificación del Código Penal que, según expertos, favorece la impunidad.
La situación se torna aún más alarmante ante la próxima expiración del tratado de extradición con Estados Unidos, prevista para el 28 de febrero, lo que podría obstaculizar significativamente los esfuerzos para llevar ante la justicia a criminales de alto perfil.
«Han transcurrido siete años desde mi salida de la MACCIH, y la realidad demuestra un claro retroceso en lugar de avances», lamenta Jiménez Mayor, quien además señala que esta combinación de factores adversos está frenando el desarrollo y la justicia en Honduras.
La posición de Honduras como el país centroamericano con peor calificación en el IPC no solo representa un récord negativo histórico, sino que también plantea serias interrogantes sobre el compromiso real del gobierno con la transparencia y el estado de derecho, en un momento donde la región enfrenta desafíos críticos en materia de gobernanza y lucha contra la corrupción.