Tegucigalpa – En una reciente conferencia desde el Comando de Fuerzas Especiales, el juez Marco Antonio Vallecillo lanzó serias acusaciones contra el Ministerio Público de Honduras, alegando que es víctima de una persecución que busca incriminarlo injustamente.
Vallecillo afirmó que evidencias cruciales en su defensa fueron eliminadas de su teléfono móvil, el cual había entregado voluntariamente para la inspección de las autoridades.
“Me consideran un trofeo en esta supuesta lucha contra la criminalidad organizada”, declaró Vallecillo, quien se encuentra detenido en las instalaciones conocidas como Comando Cobras, donde asegura sentirse físicamente seguro pero vulnerable a lo que describe como manipulaciones legales y arbitrariedades por parte de fiscales.
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Según él, audios y fotografías que demostrarían su inocencia fueron borrados deliberadamente.
Vallecillo también criticó la gestión de pruebas durante su proceso legal, mencionando que se le negó la presencia en la audiencia de declaración de un testigo protegido, lo cual considera una violación a sus derechos y al debido proceso legal.
“Hoy soy yo, mañana podría ser cualquiera”, advirtió, comparando su situación con épocas pasadas de represión judicial en el país.
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Este caso ha resonado en la opinión pública, no solo por las implicaciones legales sino también por el dramatismo con el que el juez describe su situación, pidiendo a las autoridades judiciales y al público en general mantenerse alerta ante lo que él considera abusos de poder y corrupción dentro del sistema judicial de Honduras.
