Beijing y La Habana llegaron a un acuerdo que permite a Xi Jinping captar comunicaciones electrónicas de puntos militares y monitorear el tráfico de barcos de Washington.
Por Infobae
Tan sólo días atrás, se conoció que China y Cuba habían alcanzado un acuerdo para que Beijing estableciera en la isla una sede de espionaje electrónico como parte de sus esfuerzos por controlar a su principal rival, Estados Unidos.
Tras salir a la luz la noticia, la Casa Blanca y el Pentágono se desentendieron de estas declaraciones publicadas en el medio The Wall Street Journal y calificaron los informes de “inexactos”.
Sin embargo, este sábado un funcionario de la administración de Joe Biden no sólo confirmó la información sino que aseguró que dicha base ya está activa y operando en el territorio, según reportó el diario Politico.
China lleva años espiando a Estados Unidos, su rival económico y militar más importante, y este nuevo espacio a unos pocos kilómetros podría darle una importante ventaja en lo que respecta a defensa y seguridad nacional .
Los informes clasificados indican que se trata de una sede ubicada a unos 160 kilómetros del estado de Florida, casualmente en un punto estratégico en el que el Partido Comunista Chino (PCCh) tiene pocas limitaciones para captar las comunicaciones del sureste del país, donde se encuentran bases militares. También le garantiza una buena visión del tráfico de barcos estadounidenses.
Estas maniobras de Beijing por inmiscuirse en los asuntos del país “son un problema que esta administración heredó”, destacó, sin embargo, el funcionario que mantuvo su anonimato por tratarse de información delicada y sumó que el tema ha sido una de sus principales preocupaciones en los últimos años.
“Cuando esta administración asumió el cargo en enero de 2021 se nos informó sobre una serie de esfuerzos sensibles de la República Popular de China en todo el mundo para expandir su logística en el extranjero, bases e infraestructura de recolección a nivel mundial para permitir que (el ejército) proyecte y sostenga el poder militar a mayor distancia”, continuó.
En ese sentido, detalló que como parte de esta estrategia, el régimen avanzó -hace ya años- con la instalación de puntos de recolección de inteligencia en la nación de su par, Miguel Díaz-Canel. “De hecho, la RPC llevó a cabo una actualización de sus instalaciones de recolección de inteligencia en Cuba en 2019. Esto está bien documentado en el registro de inteligencia”, aseguró.
Al tomar conocimiento de esta situación, Biden ordenó que su gabinete abordara el tema con el gigante asiático aunque, a diferencia de las técnicas de su adversario, priorizó los debates por la vía diplomática. “En cuestión de meses lo hicimos”, continuó el funcionario, destacando su compromiso con el tema.
Si bien no brindó detalles sobre qué medidas se tomaron exactamente ni especificó fechas o participantes, sí mencionó que han habido “resultados” tangibles que, según los expertos, “han frenado a la República Popular de China”.
“Creemos que la RPC no está donde esperaba estar”, celebró a la par que reconoció que se trata de un trabajo que aún no ha terminado: “La RPC seguirá intentando aumentar su presencia en Cuba y nosotros seguiremos trabajando para interrumpirla”.
De todas formas, las declaraciones del funcionario parecen haber quedado desdibujadas frente a las idas y vueltas de los últimos días entre la información publicada en los medios y las declaraciones oficiales de Washington, que han sembrado grandes dudas entre la población y los legisladores del país.
“Somos muy conscientes de los esfuerzos de la RPC para invertir en infraestructura en todo el mundo, que puede tener fines militares (…). Lo monitoreamos de cerca, tomamos medidas para contrarrestarlo y confiamos en que podemos cumplir con todos nuestros compromisos de seguridad”, sostuvo inicialmente el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional John Kirby para, horas más tarde, asegurar que “ese informe de prensa es inexacto”.
Como respuesta a estas declaraciones, el republicano Mike Turner, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, criticó a la administración actual y apuntó contra Biden en un comunicado: “El Presidente tiene que dejar de ignorar la amenaza de China. En menos de 48 horas, funcionarios de la administración se han contradicho múltiples veces sobre si el Partido Comunista Chino está espiando o no a Estados Unidos. Esto es inaceptable”.
Por su parte, el demócrata Ritchie Torres, miembro del Comité sobre China de la cámara baja, acompañó esta postura y advirtió que la noticia de este jueves es “lo suficientemente plausible como para merecer la supervisión del Congreso”.
“Si el PCCh está utilizando una instalación de espionaje en Cuba -como alegan los informes de los medios de comunicación- entonces el Congreso tiene el deber de investigar el asunto en lugar de aceptar al pie de la letra las negaciones del Departamento de Defensa”, sostuvo en otro documento publicado en las últimas horas.
Asimismo, los senadores Mark Warner y Marco Rubio -líderes del Comité de Inteligencia del Senado- acompañaron los pedidos de acción rápida al Ejecutivo tras conocerse la noticia.
“Estados Unidos debe responder a los continuos y descarados ataques de China contra la seguridad de nuestra nación. Debemos dejar en claro que sería inaceptable que China estableciera una instalación de inteligencia a menos de 100 millas (150 kilómetros) de Florida y Estados Unidos, en una zona también poblada por instalaciones militares clave y un amplio tráfico marítimo”, sentenciaron.