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La defensa de Trump subraya el historial de mentiras de su exabogado Michael Cohen

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En el tercer día de declaraciones del antiguo hombre de confianza del republicano, los abogados de este le presentan como alguien movido por el rencor y deshonesto con su antiguo jefe.

Por El País

Michael Cohen ha vuelto a subir al estrado este jueves para someterse al contrainterrogatorio de Todd Blanche, el abogado que dirige la defensa de Donald Trump, en el juicio penal —el primero de los cuatro que afronta el expresidente— por el pago de un soborno a una actriz porno para comprar su silencio. La de este jueves es la tercera sesión consecutiva en la que el exabogado de Trump acapara los focos, con un protagonismo más acusado incluso que el de Stormy Daniels, beneficiaria del pago, que la semana pasada declaró durante dos jornadas. A medida que la declaración del testigo estelar se aproxima a su fin, la clave es si Trump declarará finalmente en defensa propia o declinará hacerlo.

La defensa tiene clara su línea de actuación: presentar a Cohen como un mentiroso redomado, que además no solo se declaró culpable de mentir al Congreso sobre la trama rusa —sobre la que giró el primer impeachment o juicio político a Trump, cuando aún estaba en la Casa Blanca—, sino que recientemente afirmó, bajo juramento, que tampoco fue del todo sincero al admitir algunas de esas falsedades. Se espera que Cohen sea el último testigo de la Fiscalía en el primer juicio penal contra un expresidente de EE UU. El abogado, ya inhabilitado, admitió sus mentiras el lunes, en su primera comparecencia ante el tribunal penal de Manhattan, aunque precisó que habían sido “por hacer feliz a su jefe”.

Mientras en el exterior varios congresistas republicanos de línea dura, como el representante Matt Gaetz, denunciaban la supuesta caza de brujas política de la que dice ser objeto el candidato a la reelección, en el interior de la lóbrega sala de la planta 15ª del tribunal Blanche ha tratado de socavar la credibilidad de Cohen, presentándolo como un delincuente y un mentiroso impenitente que, movido por el rencor, solo busca venganza después de haber sido rechazado para un trabajo en la Casa Blanca en 2017. “¿Esperabas que te nombraran jefe de gabinete de la Casa Blanca, no solo que te consideraran, sino que te nombraran jefe de gabinete de la Casa Blanca?”, preguntó el abogado. Cohen respondió negativamente.

La mayor parte del contrainterrogatorio, durante el que Trump se intercambió numerosas notas manuscritas, a guisa de comentarios, con sus abogados, ha consistido en sacar a colación casos en los que Cohen habría mentido a lo largo de los años, con escasas preguntas sobre el acuerdo con Daniels ni el reembolso del dinero del soborno por parte de Trump, como Cohen declaró el martes que se había producido. Pero el papel del exabogado como fixer (solucionador, en inglés), como muñidor del acuerdo con Daniels en las últimas semanas de la campaña de 2016, le sitúa precisamente en el centro del caso: su testimonio sustenta los 34 cargos criminales contra Trump por el registro irregular, como “gastos legales”, de ese pago de 130.000 dólares a la actriz, cuando el propósito de silenciar a la mujer era evitar un escándalo potencialmente “catastrófico”, sobre todo entre las votantes. Para la Fiscalía, ese intento constituyó “una trama criminal para influir en el resultado” de los comicios.

En 2018 Cohen fue condenado a tres años de cárcel —que cumplió parcialmente por la pandemia— por financiación ilícita de la campaña y evasión fiscal. Blanche le ha preguntado este jueves sobre sus afirmaciones acerca de que deseaba ver a Trump en la cárcel, como afirmó en algunos episodios de su podcast (un indisimulado intento, según la defensa, de monetizar su relación con Trump). El abogado también presionó a Cohen sobre sus declaraciones desdiciéndose en parte de lo que dijo al Congreso. Cohen aún admite haber violado las leyes de financiación electoral por el pago del soborno, pero sostiene que fue acusado erróneamente de evasión de impuestos, otro de los cargos por los que fue condenado.

Cohen detalló el lunes cómo Trump le había ordenado pagar a Daniels para evitar un nuevo escándalo en vísperas de las elecciones, en las que terminaría imponiéndose a su rival demócrata, Hillary Clinton. Cuando ya estaba en la Casa Blanca, el republicano firmó una serie de cheques para reembolsar a Cohen el dinero que este había adelantado. Los 130.000 dólares del silencio de Daniels se convirtieron en 420.000, al sumar Trump intereses y un bono a Cohen por los servicios prestados. El plan de reembolso fue confirmado según Cohen en febrero de 2017, en una reunión que ambos mantuvieron en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Blanche acusó a Cohen de mentir también durante su declaración del lunes al afirmar que habló con Trump y cerró el acuerdo para pagar a Stormy Daniels. Los registros telefónicos muestran que la llamada se realizó al guardaespaldas de Trump, pero Cohen dice que este pasó el teléfono al entonces presidente. “¡Eso es mentira! Usted no habló con el presidente Trump esa noche”, dijo Blanche, más acalorado que de costumbre. Cohen se reafirmó en lo sucedido.

El letrado también intentó que Cohen admitiera que, mientras trabajaba para Trump, hacía declaraciones a los periodistas sin consultar con su jefe: otra idea para tratar de convencer al jurado de que Cohen era un agente autónomo, además de deshonesto, que hizo cosas sin preguntar a Trump, entre ellas el pago del soborno a Daniels, a quien la defensa describió como una persona movida únicamente por el interés económico. El juicio quedó aplazado hasta el lunes, cuando podría concluir la declaración de los testigos si Trump decide no testificar. Blanche señaló que aún no hay una decisión sobre si el acusado testificará en defensa propia. “Esa es otra decisión en la que tenemos que pensar”, afirmó. El abogado dijo que terminará su contrainterrogatorio a Cohen “antes de la pausa de media mañana” del lunes.

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