Tegucigalpa – La Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) anuncia medidas enérgicas contra la violencia en las vías públicas.
En un esfuerzo por salvaguardar la seguridad de todos los usuarios de las carreteras, el comisionado Adonay Hernández ha declarado que cualquier conductor implicado en una pelea enfrentará la suspensión permanente de su licencia de conducir.
Hernández subrayó la importancia de priorizar la seguridad vial, destacando que los comportamientos violentos representan una amenaza significativa para la comunidad.
En colaboración estrecha con la Policía Nacional, la DNVT llevará a cabo operativos para identificar y sancionar a los infractores, adoptando una postura firme ante este problema creciente.
La sanción de suspensión de por vida de la licencia de conducir se aplicará sin excepción a cualquier conductor involucrado en una pelea en la vía pública, enfatizó el comisionado.
Con el objetivo de facilitar la denuncia de incidentes, se ha habilitado un número telefónico (3399 4600) al cual los ciudadanos pueden recurrir para informar sobre conductores implicados en peleas u otros comportamientos violentos.
La DNVT se compromete a investigar cada denuncia y tomar medidas adecuadas, incluida la aplicación de la ley de portación de armas en casos de violencia armada.
Hernández enfatizó que la intolerancia y la violencia en las carreteras son inaceptables y deben ser condenadas enérgicamente.
Además, hizo hincapié en que el privilegio de conducir en las vías públicas es otorgado por el Estado y debe ejercerse con responsabilidad y respeto hacia los demás usuarios de la vía.
En los últimos días, se ha observado un aumento en los reportes de peleas entre ciudadanos en las vías públicas de diversas ciudades del país. Los conflictos entre conductores pueden surgir por diversos motivos, como disputas por el derecho de paso, maniobras imprudentes o simplemente la frustración acumulada en medio de la congestión vehicular.
Estas confrontaciones pueden rápidamente intensificarse, generando situaciones de violencia física y verbal que no solo afectan a los involucrados directos, sino también a aquellos que presencian los incidentes y se ven afectados por el caos resultante en el tráfico.