Mientras en otros países estos espacios están en decadencia, en España crecen en superficie y visitas al saber adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores.
Por El País
Frente a un supermercado en el centro comercial Westfield Parquesur, en Madrid, Ainhoa y sus diez amigas se plantean si van a comer o echan una partida en la bolera. En el otro extremo, Alberto espera, con los ojos distraídos en el móvil, a que su esposa y su hija terminen de mirar escaparates. Llevan desde las cinco y son las siete de la tarde. “Venimos a comprar al súper y nos hemos quedado”, explica. Mientras, Evelyn Pérez y Bryan Restrepo, una pareja de jóvenes colombianos, se detienen a tomar un respiro. “Acudimos hasta cuadro días a la semana”, confiesan.
Mientras que en otros países como Estados Unidos o China el fenómeno de los centros comerciales está en decadencia, en España resiste —y de qué manera—. En 2023, la afluencia de visitantes aumentó un 7,8% con respecto a 2022, superando las cifras previas a la pandemia, según la consultora Savills. Las ventas también se incrementaron un 8,5% en el mismo periodo.
Ni siquiera el auge del comercio electrónico ha doblegado a las grandes superficies. “Los centros comerciales han logrado conjugar la estrategia online y la física de manera acertada”, explica Laetitia Ferracci, directora general de Klépierre Iberia. Carlos Homet, director para España de Unibail-Rodamco-Westfield (URW), añade que “la recogida en tienda da oportunidad a estos espacios de atraer al cliente, que luego aprovecha para hacer otras compras, ir al médico o pasar por el dentista dentro del mismo lugar”. La familia Expósito, una de las habituales en los alrededores de Westfield Parquesur, es ejemplo de ello: “Venimos a ver unas zapatillas que vimos por internet y que, al parecer, solo quedaban en este sitio”. Incluso hay tiendas que nacieron como proyectos digitales y ahora empiezan a abrir tiendas físicas en estos grandes espacios.
Para dar la batalla a las compras digitales y salir airoso, el sector ha tenido que emprender cambios sustanciales. Los expertos coinciden en que la ampliación de áreas destinadas al entretenimiento es una de las claves para seguir atrayendo visitantes, aunque añaden otros elementos. Por un lado, se ha puesto el foco en asentar grandes cadenas de ropa y tecnología, como Primark, MediaMarkt o Fnac, y por otro, se ha redoblado la apuesta por tiendas de conveniencia, tanto de alimentación como de moda.
A las siete de la tarde en el Westfield Parquesur no cabe un alfiler. Olas de visitantes cruzan de lado a lado las galerías del complejo comercial, uno de los más grandes de España. Ainhoa y sus amigas han decidido ir a la bolera, que también está abarrotada. “Ya no son solo espacios de compra, sino lugares en los que pasar el tiempo libre”, aclara Eduardo Ceballos, presidente de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC). “Hoy son casi centros de atracciones”, puntualiza Homet.
En estos espacios, que han sido colonizados por salones de uñas, peluquerías, clínicas estéticas, salas de juego y casas de apuestas, espacios de coworking y áreas para celebrar cumpleaños infantiles, ya no solo se venden productos, sino que se venden experiencias. Y en esa ecuación destacan los restaurantes. Luis Espadas, director ejecutivo de la división de Retail en Savills, cree que la restauración se ha convertido en un pilar que sostiene el éxito de estos recintos. En los centros de URW han crecido un 50% hasta representar el 15% de nuestros espacios, concreta Homet.
La construcción de nuevas superficies ha seguido al alza en España: en 2023 se sumaron 190.000 metros cuadrados de espacio, según Savills. La AECC informa de que los próximos dos o tres años está previsto que se abran 40 proyectos, con una superficie que ronda el millón de metros cuadrados. España cuenta con 580 parques y centros comerciales abiertos. Ezequiel Durán, director de ventas en Sensormatic, argumenta que los centros modernos requieren ser espaciosos, “por esto estamos viendo la prevalencia de los parques comerciales —a cielo abierto y con grandes extensiones verdes— sobre los sitios cerrados más tradicionales. Además, ya no es necesario tener muchas tiendas, sino grandes superficies que impacten”. Y añade: “El tener un Primark, por ejemplo, asegura el éxito de un centro comercial”.