Tegucigalpa.- Al entierro de Ana Lizeth Hernández Cantillano, de 32 años, quien presuntamente murió el 19 de marzo a manos del mayor de artillería de las Fuerzas Armadas de Honduras, Allan Franco Méndez, asistieron familiares y amigos de Ana Lizeth.
Tras pasar una semana en la fría morgue de Medicina Legal del Ministerio Público, Ana Hernández fue enterrada el pasado domingo 26 de marzo en el cementerio de la localidad de Zambrano, en el Distrito Centro, a unos 40 kilómetros al norte de la capital.
A pesar del misterio que rodea la muerte de Hernández Cantillano, cientos de personas acudieron a su funeral, donde se despidió por última vez.
El cuerpo de la hondureña fue entregado a sus seres queridos para que le dieran cristiana sepultura el mediodía del sábado, casi una semana después de su fallecimiento.
Mientras la familia de Ana Hernández sufría dolor y había numerosas protestas en la carretera CA-5 cerca de Zambrano, sus restos permanecieron en la morgue judicial del Ministerio Público por más de cinco días.
La familia de la víctima ha estado esperando los resultados de la autopsia realizada en el Hospital Escuela de Tegucigalpa.
El mayor Franco supuestamente habló con Ana Hernández por teléfono el domingo 19 de marzo y luego fue a su casa donde supuestamente la encontró muerta, según el informe de la Dirección de Investigaciones Policiales (DPI).
El soldado se alejó de la escena del crimen después de verlo. Inicialmente se pensó que la muerte de la mujer hondureña fue el resultado de un suicidio asistido por un arma, pero su familia afirma que no se suicidó.
El compañero habría usado su arma para dispararse entre ellos, según el mayor Franco. Pero los familiares de la víctima lo acusan de ser el autor principal.
El hombre de 40 años fue detenido el lunes 20 de abril, junto con 11 cargadores de rifle, un cargador de pistola y 75 proyectiles de rifle.
Lo mismo se aplica al uso de 243 casquillos, 45 rondas de municiones, seis granadas y 160 casquillos de bala.
Hernández fue hallado muerto en la colonia Villa Floresta de la capital luego de 12 años de relación de unión libre con el alto Franco.
Las Fuerzas Armadas pusieron a disposición de las autoridades al artillero para que evaluaran su grado de implicación en el hecho.
