La Agencia Espacial Estadounidense presentó el estudio sobre fenómenos anómalos no identificados ate una comisión independiente formada por científicos y expertos en aeronáutica.
Por Infobae
El informe expuesto por la NASA hoy, que le encargó en 2022 a una comisión independiente de expertos, afirma que no es posible confirmar los avistamientos con un origen extraterrestre. Se trata de una hoja de ruta que recopila eventos anómalos y brinda un compromiso de más estudios a futuro.
Una de las conclusiones clave es que, si bien los instrumentos gestionados por la agencia espacial, satélites y telescopios terrestres y espaciales, no están ideados para la identificación y resolución de estos fenómenos anómalos, se debe mejorar las capacidades de dichos instrumentos, calibrando los sensores y multiplicar el número de medidas tomadas. “Estas pueden ser formas en las que la NASA pueda contribuir a resolver estos fenómenos anómalos en el futuro”, sostuvieron.
“En este punto, no hay razón para concluir que los informes existentes sobre UAP tengan una fuente extraterrestre. Sin embargo, si reconocemos eso como una posibilidad, entonces esos objetos deben haber viajado a través de nuestro sistema solar para llegar aquí. Así como la galaxia no se detiene en las afueras del sistema solar, el sistema solar también incluye a la Tierra y sus alrededores. Por lo tanto, existe una continuidad intelectual entre las tecnofirmas extrasolares, el sistema solar SETI y la posible tecnología alienígena desconocida que opera en la atmósfera de la Tierra. Si reconocemos la plausibilidad de cualquiera de ellas, entonces deberíamos reconocer que todas son al menos plausibles”, afirmó la comisión de expertos.
La NASA encargó a un panel de expertos en 2022 que examinara datos relacionados con fenómenos anómalos no identificados llamados UAP, un nuevo término para OVNIS, que ahora abarca objetos o eventos anormales en el cielo, bajo el agua o en el espacio que no pueden identificarse de inmediato.
Durante una reunión en junio, los expertos subrayaron la necesidad de recopilar más datos, de una manera mucho más rigurosa que hasta ahora.
Al inicio de los trabajos se anunciaron tres objetivos. En primer lugar, recopilar toda la información disponible públicamente, de gobiernos, empresas privadas, asociaciones e incluso particulares. Luego determinar qué información falta y cuál es la mejor manera de recopilarla. Finalmente, pensar en cuáles son las mejores herramientas para analizarlos en el futuro.