Los oficiales ingresaron a la sede diplomática con la autorización del país sudamericano, tras casi siete años de refugio. Aunque las acusaciones de abuso sexual en Suecia no prosperaron, el activista australiano era buscado por violar las condiciones de arresto domiciliario y por un pedido de extradición de EEUU
La Policía del Reino Unido arrestó este jueves al cofundador de WikiLeaks Julian Assange, luego de que el Gobierno ecuatoriano levantara el asilo político que le había otorgado por los últimos siete años, bajo la promesa británica de que no sería extraditado a un país en el que pueda ser condenado a la pena de muerte.
El arresto no se produjo en las calles de la capital británica, sino que las autoridades de Ecuador invitaron a la policía a la sede diplomática para cumplir con la orden judicial.
La abogada Jennifer Robinson, defensora de Assange y WikiLeaks, informó que la detención del australiano está relacionada a un pedido de extradición de Estados Unidos, dato que luego fue confirmado por las autoridades londinenses. Un funcionario norteamericano indicó que el Departamento de Justicia informará en las próximas horas los cargos presentados contra Assange, que según Robinson son de conspiración por la información sustraída por Chelsea Manning, «topo» de la organización.
La policía londinense informó que «ha sido puesto en custodia en la estación central, donde permanecerá antes de ser presentado ante el Tribunal de Magistrados de Westminster lo antes posible«.
Assange se refugió en la embajada ecuatoriana de Londres a mediados de 2012 y pidió protección, ya que aseguraba que la Justicia los de EEUU busca someterlo a su jurisdicción y condenarlo a la pena de muerte por la filtración de secretos oficiales. Después de dos meses de encierro, el entonces presidente Rafael Correa le concedió asilo diplomático en agosto de ese año.
En la época, Assange enfrentaba una orden de prisión europea. Suecia lo había reclamado por acusaciones que no prosperaron por presuntos delitos sexuales. Las autoridades británicas se rehusaron a entregarle un salvoconducto, y la Justicia pidió su captura por violar las condiciones de libertad condicional.
Con la llegada de Lenín Moreno al poder en Ecuador, cambió el tratamiento a Assange. El ex aliado de Correa, que ha revisado prácticamente todas las políticas de su antecesor, incluida la de abierta crítica a los Estados Unidos, lo acusa de inmiscuirse en asuntos internos de Ecuador. Play
Lenín Moreno denunció haber recibido amenazas por parte de WikiLeaks)
Controversia
La figura de Assange es tan aplaudida como vapuleada. Mientras los activistas en favor de la transparencia y en contra de la guerra lo elogian por revelar detalles sobre la muerte de civiles y las operaciones militares clandestinasvinculadas con las guerras en Irak y Afganistán, el Gobierno estadounidense y sus aliados lo acusan de poner en peligro miles de vidas por revelar información clasificada sobre agentes encubiertos, sitios de inteligencia e infraestructura claves. Los medios que trabajaron con él en la difusión de los archivos filtrados también condenaron la posterior revelación de documentos sin censura, que incluían nombres de informantes.
El activista australiano también es cuestionado por tratar de influir en las elecciones estadounidenses de 2016 y en el proceso independentista catalán en 2017.
En teoría, aún sin asilo de Ecuador, el estado sudamericano tiene la obligación de protegerlo ante las eventuales pretensiones de otros países de someterlo a cadena perpetua o condenarlo a muerte, castigos que no están reconocidos por la ley ecuatoriana.
«Solicité a Gran Bretaña la garantía de que el señor Assange no sería entregado en extradición a un país en el que pueda sufrir torturas o pena de muerte. El Gobierno británico lo ha confirmado por escrito», afirmó Moreno en un video difundido este jueves. Quito también confirmó que le ha retirado la ciudadanía ecuatoriana.
«Si alguien violara sus derechos, el Ecuador tendría el deber de pedir que se suspenda esa violación», aclaró el ex canciller José Ayala Lasso. Según estimó el procurador general del Estado ecuatoriano, Íñigo Salvador, la condena por incumplir su arresto domiciliario «no rebasaría los seis meses», y Londres ha dado garantías de que «no sería deportado o extraditado a ningún otro país», promesa que podría ser presionada por el Gobierno estadounidense.
El secretario británico de Exteriores, Jeremy Hunt, dio las gracias a Moreno por desbloquear el intento de arresto, y dijo en Twitter: «Assange no es un héroe y no hay nadie por encima de la ley. Se ha escondido de la verdad durante años».
Repercusiones
El ex presidente Correa condenó rápidamente la decisión tomada por el Gobierno de Moreno, a quien calificó como «el traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana» por permitir la entrada de la policía británica. El líder izquierdista, que enfrenta varios procesos judiciales desde Bélgica, destacó que Assange tenía la ciudadanía ecuatoriana y lamentó: «Día de luto mundial».
Por su parte, el Gobierno ruso también se manifestó en contra del arresto. «La mano de la ‘democracia’ estrangula la libertad», reaccionó en Facebook la vocera de la diplomacia rusa, Maria Zajárova. A su vez, el vocero de Vladimir Putin, Dmitry Peskov, dijo tener la esperanza de que se respeten los derechos de Assange.
Edward Snowden, ex empleado de la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA, por sus siglas en inglés), refugiado hoy en Rusia y con quien Assange se ha comparado, expresó su rechazo a la noticia. «Las imágenes del embajador de Ecuador invitando a la Policía Secreta del Reino Unido para arrastrar a un autor de (te guste o no) periodismo ganador de premios terminarán en los libros de historia. Los críticos de Assange pueden celebrar, pero es un momento oscuro para la libertad de prensa», escribió en Twitter.
El informático, además, recordó que la ONU ha emitido declaraciones en las que consideró que la detención era arbitraria y una violación a los derechos humanos.
(Con información de AFP)