Este fin de semana falleció un niño de tres años mientras estaba a bordo de un autobús que trasladaba migrantes desde el estado de Texas hacia Chicago, Illinois, como parte de las medidas de traslado de personas desde la frontera a estados “con las puertas abiertas“ para los inmigrantes o también estados con gobernantes demócratas, en una polémica decisión tomada por el gobernador Greg Abbott.
Los trágicos hechos ocurrieron el jueves dentro de un autobús que estaba cerca de su destino. De acuerdo con un funcionario de IDPEH, el niño falleció cuando el vehículo ingresaba al área de Chicago, informó el medio local Chicago Tribune.
Esta sería la tercera muerte que ocurre en menos de un mes debido a las políticas migratorias de Texas, donde se destacan la barrera de boyas del Río Grande, que ya se han vinculado dos muertes por esa medida, aunque Abbott niega esa “teoría“.
El gobernador de Texas ha enviado en autobuses a Chicago a 4,600 migrantes, de acuerdo con datos de Abbott informados la semana pasada. Además de Abbott, el gobernador de Florida, el también republicano Ron DeSantis, ha adoptado la misma medida, quien destinó los fondos de su gobierno para enviar a migrantes desde Texas a estados como Massachusetts y California en avión.
La barrera del Río Grande
Durante el fin de semana pasado, dos bebés y sus madres venezolanas fueron salvados por las autoridades de Eagle Pass, en Texas, de ahogarse en el río Bravo, limítrofe entre México y Estados Unidos. Esa misma semana dos inmigrantes fallecieron mientras cruzaban. Hasta el momento no se ha comprobado que exista una conexión directa con las boyas que ha instalado la gobernación de Texas y estos incidentes.
Las madres venezolanas intentaron ingresar a Estados Unidos cruzando las aguas del imponente río Bravo y la cerca de púas puesta en la orilla del suelo americano. Ahora, se trata de dos casos separados, y sin alguna relación entre sí, que ocurrieron en un lapso de 24 horas y en el que participaron funcionarios de la Guardia Nacional estadounidense y del equipo de paramédicos de las autoridades texanas.
Ante esto, una serie de documentos oficiales publicados por el diario The Dallas Morning News, afirman que las autoridades de Texas ignoraron advertencias sobre la ilegalidad de la instalación de boyas en el Río Grande, en la frontera con México, que hasta el momento se ha llevado la vida de dos inmigrantes que intentaron cruzar a Estados Unidos.
Aun así, el gobernador de Texas y dirigente republicano, Greg Abbott, aseguró que las boyas que mandó instalar en el Río Bravo para contener el cruce, y prevenir un aumento en el flujo migratorio e ilegal, no tienen nada que con la reciente muerte de dos inmigrantes que fueron hallados flotando en el río y que ha causado estragos en varios grupos de indocumentados.
“Las boyas usadas por Texas no causaron el ahogamiento de los dos fallecidos”, dijo Abbott este martes en Twitter. También, se han instalado barreras de alambres de púas en la frontera para bloquear el paso de migrantes.