Tegucigalpa – La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) elevó a 1,799 el número de familias afectadas por las intensas lluvias que azotaron Honduras durante los últimos días, lo que representa aproximadamente 5,500 personas víctimas de las tormentas asociadas a los efectos indirectos del huracán Erick en el Pacífico y ondas tropicales. Luis Salinas, jefe de Operaciones de Copeco, confirmó que de ese total, 122 familias resultaron damnificadas y 53 tuvieron que ser evacuadas de sus hogares.
El departamento de Ocotepeque se consolidó como la zona más castigada por el fenómeno meteorológico, concentrando la mayoría de las 87 evacuaciones realizadas desde el inicio del evento climático. Las lluvias iniciaron el pasado 16 de junio y han dejado un saldo de una persona fallecida, seis rescatadas y una desaparecida, según los reportes oficiales. Las personas evacuadas se encuentran actualmente resguardadas en albergues habilitados por las autoridades locales.
El balance de daños a la infraestructura habitacional alcanza las 96 viviendas afectadas, de las cuales 26 fueron completamente destruidas por la fuerza de las precipitaciones y los deslizamientos asociados. Los datos preliminares provienen principalmente de los departamentos de Ocotepeque, Copán, Intibucá y otros sectores del occidente hondureño, aunque el fenómeno ha impactado un total de ocho departamentos del país.
Una de las mayores preocupaciones para las autoridades es que aproximadamente 25 comunidades permanecen incomunicadas, incluyendo la Costa de los Amates y varios sectores de Ocotepeque. Esta situación ha complicado los esfuerzos de evaluación de daños y distribución de ayuda humanitaria en las zonas más remotas.
Copeco redujo este viernes el nivel de alerta de roja a amarilla en Ocotepeque debido a la disminución de las lluvias, aunque mantiene vigilancia especial sobre las comunidades aledañas al río Ulúa, donde las inundaciones han afectado campos bananeros como La Duarte, Campo Amapa y Las Cuchillas. Los departamentos de Copán, Lempira, Intibucá, La Paz y Valle permanecen en alerta verde.
Para enfrentar la emergencia, Copeco ha establecido coordinaciones interinstitucionales con la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y la Secretaría de Salud para la rehabilitación de vías de comunicación y el restablecimiento de servicios básicos en las zonas afectadas. El gobierno hondureño ya envió ayuda humanitaria que incluye alimentos, agua potable, kits de higiene, frazadas y colchonetas.
Salinas hizo un llamado a la paciencia de la población afectada, asegurando que las brigadas de auxilio «llegarán a estos puntos» pese a las dificultades de acceso. La situación cobra mayor gravedad considerando que, según datos de Copeco, aproximadamente 500,000 personas residen en zonas de riesgo a nivel nacional, lo que exige mantener un estado de alerta constante durante la temporada lluviosa.
El fenómeno meteorológico que afecta a Honduras forma parte de un patrón regional más amplio, influenciado por una vaguada en superficie y el ingreso de humedad desde el mar Caribe. Las autoridades del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) mantienen vigilancia sobre posibles nuevas formaciones ciclónicas en el Pacífico que podrían generar efectos indirectos sobre el territorio nacional en los próximos días.