Una sustancia presente en estos alimentos es capaz de eliminar las células dañadas que favorecen la aparición de la enfermedad.
Por Infobae
Una sustancia presente en alimentos como granadas, fresas y nueces ha demostrado restaurar la capacidad de detectar y eliminar células dañadas en ratones que modelan la enfermedad de Alzheimer, según un nuevo estudio de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia. El Alzheimer es un trastorno del cerebro que afecta a aproximadamente 800.000 personas en España, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Anteriormente, el mismo equipo de investigación descubrió que una forma de vitamina B3 llamada nicotinamida ribósida (NR) ayuda a eliminar mitocondrias dañadas del cerebro. Cuando estos sistemas de “limpieza” neurológica se interrumpen, los desechos comienzan a acumularse, creando un entorno propicio para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
“Muchos pacientes con enfermedades neurodegenerativas experimentan disfunción mitocondrial, conocida también como mitofagia. Esto significa que el cerebro tiene dificultades para eliminar las mitocondrias dañadas, que se acumulan y afectan la función cerebral”, explica el doctor Vilhelm Bohr, bioquímico de la Universidad de Copenhague. “Si se puede estimular el proceso de mitofagia, eliminando las mitocondrias dañadas, se obtendrán resultados muy positivos”.
Restaurar la función de estos sistemas de limpieza cerebral podría ayudar a eliminar los desechos asociados con el Alzheimer, como las placas amiloides y los ovillos neurofibrilares, mejorando así el funcionamiento del cerebro durante más tiempo. En estudios anteriores, ratones con un modelo de enfermedad de Alzheimer recibieron NR como suplemento, lo que redujo las proteínas enredadas y el daño del ADN en sus cerebros al aumentar la producción de una coenzima metabólica esencial llamada nicotinamida adenina dinucleótido (NAD).
Ahora, el equipo de Bohr ha descubierto que la urolitina A, una sustancia encontrada en las granadas, ofrece un impulso similar al cerebro. Los ratones modelo de Alzheimer que recibieron tratamiento a largo plazo con urolitina A mostraron mejoras en sus capacidades de aprendizaje, memoria y sentido del olfato. La urolitina A afecta a una proteína llamada catepsina Z, que parece ser hiperactiva en los cerebros con Alzheimer y juega un papel en la inflamación.
El tratamiento con esta sustancia limitó la producción de esta proteína a niveles similares a los de cerebros sin Alzheimer, restaurando procesos celulares que ayudan a descomponer desechos biológicos. También se descubrió que el tratamiento con urolitina A modula respuestas inmunitarias y otras vías fisiológicas específicas de la enfermedad de Alzheimer. Si bien suplementos como este no previenen ni curan enfermedades como el Alzheimer, investigaciones sugieren que podrían ayudar al cuerpo a eliminar acumulaciones de desechos moleculares, lo que podría ralentizar la progresión de la enfermedad.
“La ventaja de trabajar con una sustancia natural es la reducción del riesgo de efectos secundarios”, afirma Bohr. “Hasta ahora, varios estudios muestran que no hay efectos secundarios graves con la suplementación con NAD. Nuestro conocimiento sobre la urolitina A es más limitado, pero los ensayos clínicos con urolitina A han sido eficaces en enfermedades musculares, y ahora debemos analizar su impacto en el Alzheimer”.
Dado que los resultados se basan en estudios con ratones, aún no podemos estar seguros de que la urolitina A tenga los mismos efectos en el cerebro humano hasta que continúen los estudios clínicos. Tampoco se puede concluir que consumir granadas y fresas en la dieta tenga un impacto significativo en la salud cognitiva. Sin embargo, los investigadores están lo suficientemente optimistas como para continuar con las investigaciones.
“Aunque el estudio se realizó en modelos de ratón, las perspectivas son positivas. Aún no podemos decir nada concluyente sobre la dosis, pero imagino que sería más de una granada al día. Sin embargo, la sustancia ya está disponible en forma de pastillas y actualmente estamos tratando de determinar la dosis adecuada”, concluyen.