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Los incendios forestales en Guatemala ya alcanzan el 74% de los registrados en 2023

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En dos semanas de febrero, vecinos y socorristas tuvieron que luchar contra 34 incendios forestales que amenazaron a bosques, montañas y un volcán del país.

Por El País

Anualmente, miles de hectáreas de bosques son consumidas por las llamas. Pero este año, inyectado por el aumento de las temperaturas, el país vio arder el volcán de Agua durante más de tres semanas, una tragedia que ha dejado daños en el sector agrícola del departamento de Sacatepéquez y en la fauna local; y que, además, es un mal presagio para un país que se caracteriza por sus bosques, sus montañas y por sus más de 30 volcanes, de los cuales cuatro se mantienen activos.

Según datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), en lo que va de 2024 se han contabilizado 721 incendios forestales frente a los 980 de 2023, lo que equivale a casi el 74% de los ocurridos el año pasado, cuando el fuego consumió 37.681 hectáreas.

“Las previsiones de este año en el tema de incendios forestales no son muy buenas. Estamos en presencia de lo que se conoce como un año del Niño y esos años son normalmente más secos. Aun la temporada seca está iniciando y recordemos que los incendios se exacerban en las semanas previas de la entrada de las lluvias”, asegura Carlos Duarte, investigador del Observatorio de Territorio y Clima de la Universidad Rafael Landívar.

El Niño es un fenómeno climático natural que se caracteriza por un periodo de calentamiento de la superficie del mar que puede durar entre 12 y 18 meses y que, entre otras cosas, en el pasado, provocó los devastadores incendios en Australia de 2020. Otra causa que ha influido ahora en el aumento de incendios en Guatemala es un calentamiento que inició hace un año en el Atlántico, el Caribe y el Golfo de México que provocó que 2023 fuera calificado por la Organización Meteorológica Mundial como uno de los años más calurosos registrados en la historia.

“Este calentamiento todavía del Atlántico, del Caribe y Golfo de México y el fenómeno del Niño en la parte del Pacífico Ecuatorial son los que están modulando el clima para este año 2024. Por lo tanto, hemos venido informando que las temperaturas, sobre todo, para los meses de marzo y abril van a estar muy altas”, le dice a América Futura, César George, meteorólogo del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).

Además de las altas temperaturas, otras instituciones gubernamentales y académicas coinciden en que el 90% de estos incendios son provocados por el hombre al realizar las tradicionales rozas, quemas controladas para preparar la tierra para la agricultura. El mes pasado, la Conred registró 34 incendios forestales al mismo tiempo en diferentes partes del país.

La paradoja de la naturaleza

El 20 de febrero, el Observatorio de Territorio y Clima de la Universidad Rafael Landívar (URL) que utiliza datos del Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos de la NASA, detectó el primer punto de calor en el volcán de Agua sobre las 13 horas. Pero para la madrugada del 21, ya había más de 30 detecciones de los cuatro satélites. “A esa hora, ya se trataba de un incendio grande declarado”, indicó la Universidad en un boletín técnico.

El volcán de Agua tiene una altura de 3.776 metros sobre el nivel del mar y está ubicado entre los departamentos de Escuintla y Sacatepéquez, a unos 50 kilómetros al suroccidente de la capital guatemalteca. Es, además, uno de los más visitados por turistas nacionales y extranjeros.

Mario Tal, un vendedor de gas propano de 52 años, vecino del volcán, explica que en las faldas del coloso se siembra frijol, maíz, pepino y camote, que fueron consumidos por las llamas. Algunos animales, como, tacuazines, conejos, tepezcuintles, venados y ardillas murieron quemados.

“Ha habido incendios, pero de un día o un par de días, no con la magnitud con la que lo vimos esta vez. Este año se ha sentido un ambiente con resequedad, pero estamos esperando que caigan un par de aguaceros que pueda regular el clima”, aseguró.

El fuego en el volcán se podía observar desde varios puntos de la Ciudad de Guatemala. De acuerdo con la Conred, 10.477 personas participaron en las tareas de extinción el fuego, entre bomberos, soldados y técnicos. El gobierno pidió ayuda internacional para combatir el siniestro y recibió 300.000 dólares de Taiwán.

El incendio aún está activo, aunque ya fue controlado en un 95%. ¿Qué detonó el fuego en el volcán de Agua? Esa es una respuesta que no tienen ni las autoridades, ni los expertos, ni los vecinos del área. Según Tal, en ese sector no se acostumbra a hacer rozas agrícolas porque hay “mucho aire” que lo impide.

Más incendios

Los incendios forestales incrementaron a mediados de febrero y solamente dos de los 22 departamentos se han librado de ellos, según datos oficiales. La Ciudad de Guatemala, Quiché, Huehuetenango, Zacapa, Jalapa, El Progreso, Quetzaltenango, Totonicapán, Sacatepéquez, San Marcos, Sololá y Jutiapa registran desde 23 incendios hasta 133 en lo que va del año.

“Los incendios forestales normalmente se dan desde marzo hasta mayo porque son los meses de verano, y también son los meses donde se realizan las quemas agrícolas, en las cuales las personas normalmente trabajan su tierra, para poder sembrar en invierno”, indicó a América Futura, David Contreras, técnico forestal de la dirección de manejo de bosques y vida silvestre de la Coordinadora Nacional de Áreas Protegidas (Conap). Por eso, las autoridades intentan capacitar a las personas que habitan o cultivan en las áreas boscosas para prevenir los incendios.

Mientras el volcán de Agua ardía, desde el bosque de dos comunidades indígenas de Totonicapán, a unos 200 kilómetros al occidente del país, se reportaron dos incendios más. La organización 48 Cantones de ese departamento emitió un comunicado para convocar a los vecinos y socorristas a combatir el fuego. El siniestro fue apagado 13 días después del primer chispazo.

El bosque que fue afectado pertenece a la Parcialidad Baquiax, una comunidad de mayas K’iche’ que desde hace 15 años se coordinan para cuidar, monitorear y controlar el área para evitar la tala ilegal de árboles y preservar los recursos naturales que obtienen del lugar. Ellos son los guardabosques de los pinos, pinabetes y cipreses que son asediados por los taladores. Los comunitarios contaron con el apoyo también de socorristas y de un helicóptero del Ejército para mitigar el incendio.

En Sacatepéquez, según explica Mario Tal, los vecinos también se organizaron en grupos para combatir las llamas. Pero criticó la falta de asistencia y eficiencia del Gobierno para apagar el fuego. Ahora, adelantó que están formando una brigada que fue capacitada hace unos días por bomberos forestales para prevenir y prepararse para posibles nuevos focos de calor.

La Conred, por su parte, ha emitido recomendaciones por contaminación del aire debido a los incendios. Entre otras cosas, recomienda a la población resguardar a las mascotas en un lugar seguro, evitar consumir alimentos en la calle o regar con agua el suelo y otras superficies expuestas al aire antes de limpiarlas, entre otros. Además, advirtió que de no contar con el equipo adecuado no es conveniente ingresar al área del desastre y que es mejor avisar de inmediato a las autoridades.

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