Tegucigalpa – En una sesión legislativa marcada por la tensión, el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, enfrentó críticas y reproches por su negativa a reconocer la renuncia del designado presidencial, Salvador Nasralla, presentada por la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH).
La solicitud de reconocimiento de la renuncia, respaldada por la mayoría de los diputados de la Cámara, fue ignorada por Redondo, quien optó por derivar el asunto a una comisión especial en lugar de permitir su discusión inmediata en el pleno legislativo.
Ante esta acción, los miembros del PSH expresaron su descontento, manifestando su incredulidad y recriminando la actitud del presidente del Congreso con gritos como: «¿Cuál es el miedo?».
En respuesta, Redondo defendió su postura argumentando que estaba actuando conforme a sus propios razonamientos jurídicos, y aseguró que la renuncia de Nasralla sería debatida en el pleno en el momento oportuno.
Sin embargo, la acción de Redondo provocó una ola de críticas y repudios por parte de congresistas de diversas bancadas, quienes consideraron su postura como un obstáculo para el funcionamiento democrático del Congreso.
Además, muchos señalaron la ironía de la situación, dado que el PSH fue el partido político que impulsó a Redondo a su posición actual como presidente del Congreso Nacional.
La negativa de Redondo a reconocer la renuncia de Nasralla refleja las tensiones y disputas políticas que caracterizan el ambiente legislativo hondureño en medio de un contexto político y social convulso.