Texas. – En el último mensaje que Idalia Herrera le escribió a su marido, le confesó que tenía miedo: para cruzar la frontera debía cruzar antes el río Grande, caudaloso y traicionero, tumba de tantos inmigrantes.
Venía ella sola con su hijo Iker, de dos años Le dijo a su marido que, si no volvía a contestar a sus mensajes sería porque el niño iba viendo vídeos en el celular para entretenerse.
Elmer Córdova e Idalia Herrera había huido de Honduras porque “allí no se puede vivir”, con “tanta delincuencia, tanta pobreza”. “Uno busca el beneficio de los hijos, el futuro”, explicó el hombre a Noticias Telemundo por videoconferencia desde Charlotte (Carolina del Norte).
“A ella la agarró Inmigración”, explica Córdova. El hombre pudo cruzar por el área de Río Grande, en Texas, junto a sus dos niñas de siete y cinco años, pero a su mujer y su otro hijo les deportaron de vuelta a México.
Le dieron cita ante la corte de inmigración en noviembre, pero entre tanto estaba “mal”, “con fiebre”, “tirando un trapo en el suelo para dormir”.
Por eso “el apuro para moverla”, indica su marido. Por eso y porque, “imagínese, uno solo con dos niñas en este país es bien duro, y ese fue el apuro de nosotros para mandarla traer, porque las niñas empezaban la escuela y uno solo de hombre es complicado en este país”.
Idalia Herrera y su hijo de dos años nunca llegaron al otro lado del río, nunca llegaron al otro lado de la frontera.
“El miércoles 11 de septiembre, a aproximadamente las 8:15 de la mañana, agentes de la Patrulla Fronteriza asignados a la estación del Río recibieron información concerniente a un posible ahogamiento”, asegura el comunicado oficial enviado a Noticias Telemundo. “Una búsqueda intensiva” en helicóptero permitió localizar y posteriormente recuperar el cadáver de una mujer y un niño pequeño, añade la nota.
“Es como si me hubieran quitado la mitad de mi vida”, lamenta Elmer Córdova.
Tan sólo en ese sector del río se han registrado 35 muertes en lo que va de año fiscal (desde octubre). En el año anterior perdieron la vida 283 personas.
Una de ellas causó especial conmoción entre la ciudadanía estadounidense: Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, se ahogó junto a su bebé en junio; una fotografía del cuerpecito del niño aún abrazado a su padre incendió el debate migratorio durante unos días.
Pero no detuvo las muertes: en agosto, por ejemplo, otra madre hondureña, de 28 años, falleció arrastradas por las aguas junto a su hijo de dos años.