Tegucigalpa – En un importante acontecimiento que ha convocado a miles de hondureños en distintas ciudades del país, se llevan a cabo movilizaciones simultáneas en Tegucigalpa, Comayagua, Danlí, Catacamas, La Ceiba y Gracias. Esta manifestación de gran envergadura ha sido convocada por diversas organizaciones de la sociedad civil, entre ellas las iglesias católica y evangélica, con el objetivo de expresar su rechazo a lo que denominan «ideología de género».
En medio de una nutrida participación ciudadana, la población expresa su descontento con la Ley de Educación Integral de Prevención al Embarazo Adolescente, la cual consideran que promueve una educación basada en una ideología de género que va en contra de sus principios y valores.
El arzobispo de San Pedro Sula, Miguel Leniha, y Monseñor José Vicente Nácher, Arzobispo de Tegucigalpa, son algunas de las figuras religiosas que se sumaron a la manifestación en Tegucigalpa, liderando la marcha hacia la casa de Gobierno. Con un tono pacífico pero firme, la ciudadanía pide a la presidenta Xiomara Castro que vete la mencionada ley de educación sexual, como una forma de salvaguardar los principios y valores de la sociedad hondureña.
En cada una de las ciudades donde se están llevando a cabo las marchas, se escuchan consignas y demandas que buscan defender la integridad de la niñez y la familia, manifestando su preocupación ante lo que consideran una imposición de una ideología que va en contra de sus creencias y tradiciones.
La convocatoria ha tenido un respaldo masivo, mostrando la unión de distintos sectores de la sociedad que comparten la inquietud de mantener sus valores e identidad cultural frente a lo que consideran un desafío a su manera de vivir y educar a sus hijos.
Ante esta movilización ciudadana sin precedentes, las autoridades deberán tomar en cuenta las demandas de la población y considerar los reclamos de quienes han salido a las calles para expresar su desacuerdo con la ley de educación sexual, abriendo un espacio para el diálogo y la reflexión sobre este tema de gran trascendencia en la sociedad hondureña.
La ciudadanía espera que sus voces sean escuchadas y que sus preocupaciones sean atendidas para resguardar los valores y derechos de la niñez y la familia en el país.