Las protestas en universidades de EEUU contra la guerra en Gaza ya dejaron más de 2.500 detenidos, según un recuento del diario The New York Times.
En Nueva York, epicentro de las protestas en todo el país, la Policía desalojó este viernes otros dos campamentos de estudiantes, uno en la Universidad de Nueva York (NYU) y otro en The New School, en un operativo que se ha saldado con 43 detenidos.
En la noche del martes, la Policía neoyorquina irrumpió en el emblemático edificio Hamilton Hall de la Universidad de Columbia, donde desde hacía horas un grupo de estudiantes se habían hecho con el control. Si bien se intentó evitar la participación de las fuerzas de seguridad, tras constatar la presencia de “agitadores externos” impulsando la iniciativa en el campus, el alcalde Eric Adams decidió ordenar un operativo que acabó con 282 manifestantes detenidos.
“Una vez que me enteré de los agitadores externos que formaban parte de esta operación, como Columbia mencionó en su carta y en su solicitud al Departamento de la Policía de la ciudad de Nueva York, quedó claro que teníamos que tomar las medidas apropiadas cuando nuestra división de Inteligencia identificó a los que eran profesionales y estaban bien capacitados”, señaló entonces.
En ese operativo en la Universidad de Columbia ocurrió un disparo “accidental” por parte de un agente de seguridad que no causó heridos ya que impactó contra el suelo. El episodio ocurrió cuando el oficial rompió el cristal de una ventana del edificio para ingresar y disparó sin querer al cambiar su arma reglamentaria de mano.
El miércoles, el gobernador Gavin Newsom dispuso el despliegue de la Policía en la Universidad de California (UCLA) “debido a múltiples actos de violencia dentro del gran campamento (montado por los manifestantes pro Palestina) en el campus”. En el comunicado se hacía referencia a un episodio vivido durante la noche del martes donde grupos de manifestantes pro Israel vestidos de negro con máscaras blancas se enfrentaron con el bando opuesto.
“Esta noche ocurrieron horribles actos de violencia en el campamento e inmediatamente llamamos a las autoridades para solicitar apoyo mutuo. En el lugar se encuentran bomberos y personal médico. Estamos asqueados por esta violencia sin sentido y debe terminar”, lamentó Mary Osako, vicerrectora de Comunicaciones Estratégicas de UCLA, antes de solicitar la intervención de la Oficina de Servicios de Emergencia de la ciudad.
Además, las protestas contra la guerra en Gaza tiene un nuevo frente abierto en la Universidad de Chicago donde la institución advirtió a los estudiantes que la acampada “no puede seguir” y deben desalojar cuanto antes.
“Dije que solo íbamos a intervenir si, lo que podría haber sido un ejercicio de libre expresión, bloqueaba el aprendizaje o la expresión de otros o perturba sustancialmente el funcionamiento o la seguridad de la universidad. Sin un acuerdo para poner fin al campamento, hemos llegado a ese punto”, afirmó el presidente de la institución, Paul Alivisatos.
Después del anuncio de Alivisatos, un grupo de manifestantes con banderas estadounidenses se enfrentó en el campus con los universitarios pro Palestina.
La Universidad de Chicago había sido más permisiva con la protesta que muchas otras en el país, ya que parte de una tradición de favorecer la libertad de expresión en su recinto.
Según medios locales, cientos de estudiantes seguían acampados pese a la advertencia de su presidente, mientras ha ido aumentando la presencia policial.
Esta situación también se vive el día después de que el presidente de EEUU, Joe Biden, acogiera el discurso que tacha de violentas y antisemitas unas protestas que han sido abrumadoramente pacíficas.