Las autoridades locales advirtieron que no pretenden entregarles ayuda, en medio de una crisis migratoria.
Más de 300 refugiados rohinyás desembarcaron este domingo (10.12.2023) en las costas de Indonesia, en una nueva llegada masiva de miembros de esta etnia birmana perseguida en su país, que se produce en plena crisis migratoria. La ONG Geutanyoe informó que dos barcos, con 180 y 149 personas, respectivamente, atracaron en dos playas de la nororiental provincia de Aceh, en Sumatra.
Por su parte, el jefe del Departamento de Servicios Sociales del municipio de Pidie, Muslim, explicó que el arribo se produjo a las 3:00 hora local y señaló que las autoridades trabajan ahora para acoger a los refugiados, pese a la escasa disponibilidad de centros de acogida. «Como no hay lugar para alojarlos, estamos ahora obligados a construir tiendas de campaña cerca de la playa», afirmó.
Sin embargo, adelantó que «esta vez el gobierno no incurrirá en ningún gasto». El funcionario, que al igual que muchos indonesios solo usa un nombre, añadió que en los centros para acogida de refugiados en Pidie «ya no hay especio disponible”, y remarcó que a los recién llegados, principalmente niños y mujeres, no se les brindaría ayuda ni se satisfarán sus necesidades básicas.
Autoridades y residentes locales rechazan a los rohinyás y han amenazado previamente con devolverlos al mar si siguen llegando. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, declaró el viernes que se les atendería temporalmente, pero que se «priorizarán» los «intereses de la comunidad local», y sostuvo que habría mafias de tráfico de personas tras el incremento en la llegada de refugiados al país.
Según los datos más recientes de la ACNUR, la Agencia para los Refugiados de las ONU, más de un millar de rohinyás desembarcaron en las costas de Indonesia desde noviembre, en un intento de escapar de Birmania, donde sufren persecución, y de los campos de refugiados de la vecina Bangladesh, donde son víctimas de la criminalidad, las restricciones impuestas por las autoridades y la falta de esperanza.
Desde 2017, cuando el Ejército birmano desplegó una campaña militar contra los rohinyás, de mayoría musulmana, en un brutal operativo por el que el país se enfrenta a una acusación de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, más de 750.000 refugiados de esta etnia han huido a Bangladesh.