Tegucigalpa – La violencia en Honduras afecta a todas las edades, incluso a los jóvenes entre 18 y 30 años hasta los adolescentes e infantes, reportándose en los últimos días asesinatos en perjuicio de tres menores.
El coordinador de la Red de instituciones por los derechos de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes en Honduras (Coiproden), Wilmer Vásquez, indicó que al menos 483 personas de 30 años y menos han sido asesinadas en lo que va del 2022.
El pasado mes de octubre, en Coiproden registraron 43 hechos violentos para este grupo de personas, que se dividen en 12 por ciento menores de 18 años y el resto que representa un 88 por ciento para jóvenes entre los 19 y 30 años.
Vásquez reiteró que ha existido un esfuerzo por los entes de seguridad, sin embargo, la violencia en diferentes ámbitos no cesa y no descartó que las cifran se mantengan como el promedio de todo el año, que estiman unos 50 homicidios de este tipo cada mes.
Conmovido el país ante los sucesos en los que le han quitado la vida a tres menores de 15 años en diferentes hechos en los departamentos de Cortés, Francisco Morazán y Santa Bárbara.
El 7 de noviembre el luto cubrió a dos familias, la primera cuando encontraron entre la maleza un cuerpo, de un adolescente de 14 años en Choloma, Cortés, quien respondía en vida al nombre de Will Perdomo, quien salió sin saber que no regresaría más a su casa.
Su causa de muerte de manera preliminar, sería por impacto de bala y esto sucedió en Choloma, departamento de Cortés.
Momentos más tarde, en la misma fecha, se registró nuevamente una escena aterradora en la que un niño de 10 años identificado como Jeremy Zúniga, perdió la vida a machetazos por un sujeto que le arrebató sus sueños y dejó a sus parientes en profunda tristeza ante la irreparable pérdida en Guaimaca, Francisco Morazán.
Los acaecimientos no se detuvieron, pues tan solo dos días después, el 9 de noviembre, Santa Bárbara fue sacudido por el hallazgo del cuerpo de Sulmy Paola Rodríguez de 10 años sin signos vitales en el municipio de Las Vegas.
La niña fue encontrada a la orilla de un riachuelo boca abajo y con signos de violencia, una hermana que la acompañaba relató como hombres la raptaron días atrás.