Tegucigalpa – La situación en el sector salud de Honduras ha llegado a un punto crítico, particularmente en el Hospital de Puerto Lempira, en el departamento de Gracias a Dios, donde un grupo de médicos ha decidido ir a paro de labores de manera indefinida debido a problemas de pago persistentes.
La expresidenta del Colegio Médico, Suyapa Figueroa, utilizó sus redes sociales para difundir un comunicado firmado por ocho médicos, incluyendo generales, un ginecólogo y un internista, que fue dirigido a la actual presidenta del Colegio Médico, Carla Paredes, al director General de Redes de Servicios de Salud (DGRISS), Oscar Paredes, y a la directora del hospital, Yeny Calderón.
Desde el jueves 23 de mayo, el personal médico había enviado un oficio a las autoridades correspondientes sin recibir respuesta, lo que exacerbó la frustración entre los profesionales de la salud.
«El motivo de la presente es para informarle que los médicos del Hospital Puerto Lempira con problemas de pago desde hace 5 meses, nos declaramos en paro de labores indefinidos a partir del día de hoy lunes 27 de mayo», se lee en el comunicado.
El personal médico ha sido claro en sus demandas: el paro continuará hasta que se resuelvan los pagos atrasados.
Además, la doctora Figueroa ha expresado preocupación sobre la política de salud pública, señalando que la precarización del personal médico local podría estar siendo utilizada como justificación para la contratación de médicos extranjeros, en este caso cubanos, a quienes, según sus declaraciones, se les proporciona un tratamiento más favorable en términos de salario, vivienda, alimentación y transporte.
Esta situación destaca los desafíos sistémicos en la administración de la salud pública en Honduras, donde las quejas de negligencia y falta de atención a los problemas cruciales del sector son recurrentes.
La falta de respuesta de las autoridades ante estas crisis subraya una desconexión preocupante entre los gestores de la salud pública y los profesionales médicos que están en primera línea, dejando a la población hondureña en una situación de vulnerabilidad aún mayor.
La crisis en el Hospital de Puerto Lempira es un reflejo de los problemas más amplios que enfrenta el sistema de salud del país, marcando la urgencia de una reforma integral y de un diálogo abierto entre las autoridades y los profesionales médicos para encontrar soluciones sostenibles y justas.
