Managua – Las autoridades nicaragüenses han prohibido la entrada al país del sacerdote nicaragüense Juan Carlos Sánchez, vicario de la parroquia San Francisco de Asís en Managua.
El religioso fue impedido de abordar el vuelo en Miami que lo llevaría de regreso a Nicaragua después de participar en una ordenación sacerdotal en Bolivia.
Esta acción ha sido denunciada por investigadores en temas religiosos y la prensa local, lo que evidencia un aumento en la tensión entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia Católica nicaragüense.
La noticia fue dada a conocer por la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, quien ha estado siguiendo de cerca las agresiones que sufre la Iglesia católica en Nicaragua por parte del gobierno de Ortega.
El diario local La Prensa también confirmó la noticia, citando fuentes eclesiásticas de la Arquidiócesis de Managua, liderada por el cardenal Leopoldo Brenes, quien hasta el momento no ha hecho declaraciones públicas al respecto.
Según el periódico, el vicario de la parroquia San Francisco de Asís salió de Nicaragua con destino a Bolivia para participar en una ordenación sacerdotal a la que había sido invitado.
Luego viajó a Miami, Estados Unidos, para visitar a familiares y, al intentar abordar el avión de regreso a Nicaragua, la aerolínea le notificó que no podía viajar debido a una prohibición impuesta por las autoridades nicaragüenses.
La Dirección General de Migración y Extranjería de Nicaragua ha utilizado su discrecionalidad para prohibir el regreso al país de decenas de nicaragüenses, incluyendo opositores políticos, religiosos, activistas y periodistas, sin proporcionar explicaciones claras sobre los motivos.
Desde el inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018, el gobierno de Ortega ha obligado a 77 religiosos a abandonar el país, según la investigadora Molina, entre ellos el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, y monjas extranjeras.
Esta prohibición y expulsión de religiosos forma parte de la persecución que ha sufrido la Iglesia Católica nicaragüense por parte del régimen de Ortega. Las tensiones entre el gobierno y la Iglesia han aumentado debido a la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambas partes.
El papa Francisco ha calificado al gobierno sandinista como una “dictadura grosera” en una entrevista con Infobae, señalando el desequilibrio y la falta de equidad en la persona que dirige el país centroamericano.
Estas declaraciones del Papa evidencian la preocupación y la condena internacional ante las acciones del gobierno de Ortega y el deterioro de la relación con la Iglesia Católica en Nicaragua. Infobae/El Mundo
