Tegucigalpa – Las autoridades sanitarias de Honduras han elevado el nivel de alerta tras la confirmación de un nuevo caso de gusano barrenador en Tegucigalpa, particularmente preocupante por tratarse del primer paciente urbano sin contacto con ganado, lo que sugiere un inquietante cambio en el patrón de transmisión de esta enfermedad parasitaria.
Lorenzo Pavón, jefe de Vigilancia de la Salud de la Secretaría de Salud, informó que este caso representa un punto de inflexión en la epidemiología de la enfermedad en el país. «Solo teníamos tres casos, dos en Olancho y uno en Lempira, sin embargo, esto ha cambiado porque se ha detectado otros casos en otros departamentos, especialmente uno más en Olancho y uno Lempira y ayer nos notificaron un caso más en una persona de 82 años que tiene una lesión en la tráquea, que es expuesta y que no es ni ganadero, ni trabaja en una finca», detalló el funcionario.
Lo más alarmante para los especialistas es que este nuevo paciente, un adulto mayor de 82 años residente en el Distrito Central, no tuvo exposición directa al ganado, rompiendo con el patrón de transmisión previamente identificado en los casos anteriores. Además, Pavón destacó otro hallazgo preocupante: «Ha cambiado el modo de transmisión de la mosca, la literatura dice que pone huevos en las lesiones, pero ahora todo ha cambiado, encontramos larvas en su fosa nasal».
Este descubrimiento sugiere que el vector de la enfermedad podría estar adaptándose a entornos urbanos, lejos de las zonas ganaderas donde tradicionalmente se concentraba. «Esta mosca ya anda circulando aquí en la ciudad y lo que es más característico y más propio es que esta mosca circula, vive y se reproduce más que en zonas ganaderas, pero esto ha cambiado», advirtió Pavón, quien instó a la población a extremar precauciones al momento de comprar carne.
Paralelamente, el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA) reportó 95 nuevos casos de gusano barrenador durante la semana epidemiológica 10, elevando el total nacional a 863 casos. Pese a esta cifra alarmante, la Secretaría de Agricultura y Ganadería ha señalado que «Honduras se coloca en la vanguardia de la lucha contra el gusano barrenador», aunque reconoce que la situación representa «un riesgo a la salud del ganado y la estabilidad económica del sector ganadero».
La distribución geográfica de la enfermedad muestra una amplia presencia en el territorio nacional. Los departamentos con mayor incidencia son Choluteca con 220 casos, El Paraíso con 213 y Olancho con 205. Sin embargo, también se han registrado afectaciones en Atlántida, Colón, Comayagua, Copán, Intibucá, La Paz, Santa Bárbara, Valle y Yoro, evidenciando la rápida propagación del parásito.
Las autoridades sanitarias han reforzado los llamados a la población para mantener medidas preventivas, especialmente en la manipulación de alimentos de origen animal y en la atención a heridas abiertas que podrían convertirse en focos de infestación. Los expertos recomiendan limpiar y cubrir adecuadamente cualquier herida expuesta, así como adquirir productos cárnicos en establecimientos autorizados que cumplan con los protocolos sanitarios vigentes.
La aparición de este caso urbano marca un precedente que obliga a las autoridades a reconsiderar las estrategias de control y prevención que hasta ahora se habían enfocado principalmente en zonas rurales y ganaderas, ampliando ahora su alcance a los centros urbanos donde habita la mayoría de la población hondureña.
